El pais
SUSCRÍBETE
Ana Aponte, paracaidista colombiana. | Foto: Archivo personal

DEPORTE EXTREMO

Contra el miedo: Ana Aponte, la mejor paracaidista del país, se alista para romper una nueva marca

Es considerada la mejor paracaidista de Colombia. Acaba de establecer cuatro récords nunca hechos junto a colegas extranjeros y se prepara para batir uno nuevo: 100 mujeres volando de cabeza. Será la única colombiana. ¿Cómo derrotar los temores que nos acosan?

28 de septiembre de 2022 Por: Santiago Cruz Hoyos - Editor de Crónicas y Reportajes

Ana Aponte dice que todos deberíamos aprender a caminar al lado del miedo. En su caso, volar al lado del miedo. El punto es no dejar que el miedo sea un impedimento para cumplir los sueños.

Ana encontró la manera de doblegar sus temores en el paracaidismo, al que define como un camino de realización personal. Y no cree que sea un deporte extremo. De hecho, lo dicen las probabilidades, es más peligroso manejar un carro que saltar desde un avión con un paracaídas.

Ana es artista plástica, considerada la mejor paracaidista de Colombia. Se ha lanzado de un avión 5000 veces alrededor del mundo. Y este 2022 ha sido el año de los récords.

– En el paracaidismo no tenemos olímpicos, tenemos récords - explica.

Hace un par de semanas, Ana estableció cuatros récords nunca hechos en la historia. Primero, dos récords suramericanos femeninos volando de cabeza, junto a diez atletas de Brasil, Chile, Argentina y Venezuela. Y otros dos récords colombianos mixtos en los que participaron cinco hombres y ella, la única mujer.

En noviembre participará en un nuevo récord mundial, en el que será la única colombiana: 100 mujeres volando de cabeza.

¿Cómo una artista plástica se enamora del paracaidismo?
Nací en Bogotá y a los 16 años conocí el paracaidismo. Hice mi primer vuelo tándem en la zona de salto del municipio de Flandes, en el Tolima. (A Flandes lo llaman la cuna de la aviación, pues allí se fundó la primera Escuela Militar de Aviación de Colombia). Después tuve la oportunidad de irme a trabajar y estudiar inglés a Australia, cuando tenía 20 años.
Allá conocí a una paracaidista, ella me invitó a saltar, hice de nuevo un vuelo tándem, y me enamoro del deporte. Fue en ese momento cuando decidí que quería ser paracaidista toda la vida.

¿Es posible vivir del paracaidismo en un país como Colombia?
Cien por ciento. Como instructor te puedes dedicar al paracaidismo. Es lo que hacemos en nuestra escuela, Xielo, que fundé con mi pareja, el también paracaidista Nicolás Rubio. Por eso también la creamos, para que otras personas cumplieran el sueño de volar con estándares internacionales de seguridad, profesionalismo y el conocimiento que absorbimos por fuera del país, en otras zonas de salto. Ahora las personas que quieren ser profesionales en el paracaidismo lo pueden hacer en Xielo. Y viven del deporte, no necesariamente tienen otros trabajos aparte.El paracaidismo tiene muchas ramas, puedes ser un paracaidista con licencia que va a divertirse los fines de semana. Otra rama es ser un instructor, para lograrlo debes ir a la universidad del paracaidismo, antes había que salir del país; ahora, con Xielo, no. Tenemos instructores de instructores en Colombia. La otra rama es la deportiva, competir, establecer récords mundiales, es lo que estamos haciendo junto a Nico.

¿Qué tanto ha crecido el paracaidismo en Colombia?
En Colombia el deporte viene desarrollándose de una manera muy interesante, sobre todo después de la pandemia del coronavirus. Teníamos mucho miedo en los días del covid, duramos nueve meses sin operar debido a las restricciones; fue un momento muy complicado para la escuela, pero en lo personal fue maravilloso, y después de la pandemia lo que notamos es que las personas querían vivir experiencias y le empezaron a poner fecha a sus sueños. La pandemia fue como una cachetada para todos, por eso ahora las personas en vez de comprar cosas materiales, quieren vivir experiencias que se puedan llevar consigo, que las hagan evolucionar, crecer, y el paracaidismo desde entonces empezó a crecer en Colombia.
En el caso de Xielo, ahora tenemos muchos más alumnos, personas que quieren hacer el salto tándem, en el que no necesitas saber nada, solo relajarse y disfrutar, vuelas con un instructor, o personas que quieren ser profesionales en el deporte. Parte del objetivo de Xielo es ese, que el paracaidismo en Colombia tenga un desarrollo y una evolución importante para que seamos reconocidos mundialmente por tener muy buen nivel. A raíz de todas estas competencias, récords, en los que estamos participando, buscamos igualmente traer eventos internacionales y paracaidistas top a nivel mundial para mostrar otra cara del país. Queremos inspirar a otras personas para que sean paracaidistas profesionales y comiencen a establecer y romper récords mundiales, que no solo seamos Nicolás Rubio y yo. Poco a poco lo estamos logrando.

La gran barrera para hacer paracaidismo es el miedo a saltar al vacío desde un avión. ¿Cómo se derrota el miedo?
A todos nos da miedo. Es normal que nos dé miedo ante lo desconocido. Es una reacción del instinto de supervivencia del ser humano que te está diciendo: ‘¿usted qué está haciendo saltando de un avión en perfectas condiciones?’. Pero es ahí cuando tenemos que tomar una decisión y tenemos que confiar y lanzarnos. Caminar al lado del miedo y no dejar que el miedo sea un impedimento para cumplir los sueños.
Muchos vivíamos, o vivimos, de esa manera, en nuestra cajita de cristal, de la cual no queremos salir por miedos y por miedos y por miedos y terminamos viviendo una vida con base en el temor. Por eso siempre invito a todas esas personas a que tengan la capacidad de experimentar lo que yo experimenté.
Lo que me enamoró del paracaidismo fue el empoderamiento tan increíble que me dio como ser humano. Me dio la oportunidad de creer más en mí, salirme de mi zona de confort y darme herramientas para empezar a evolucionar como ser. Porque el paracaidismo es mucho más que la adrenalina que menciona todo el mundo, que dice que hacemos paracaidismo porque somos adictos a la adrenalina y que esto es un deporte de hombres. Y no tiene nada que ver. Me da un poco de rabia cuando me dicen eso. El paracaidismo va mucho más allá, es una experiencia espiritual, mental, en la que si tú quieres, puedes empezar a evolucionar tu ser de una manera impresionante. ¿Por qué lo hablo así? Porque para tú poder evolucionar como ser, necesitas conocer unas herramientas básicas, y es muy triste que no nos las enseñen en los colegios, en las casas.

Son herramientas tan simples como aprender a respirar, a controlar las emociones, aprender a comunicarnos, a comer bien, a ser conscientes de que todo lo que hacemos tiene una consecuencia y debemos ser responsables de absolutamente todo lo que hacemos de nuestra existencia.

Por ejemplo…
Cuando hace dos años empecé a ser mucho más consciente de mi ser, a estudiar la respiración, la visualización para entrenar como atleta, la vida me cambió cien por ciento. Es un proceso de nunca acabar, pero estas herramientas me cambiaron la vida, en los récords puedo estar muy tranquila, puedo cambiar mis pensamientos, puedo reaccionar menos reactiva. En el paracaidismo hay una cuestión clave y es que es muy mental y si tú no tienes estas herramientas, será muy difícil sobrevivir o sacarle todo el jugo a lo que estás haciendo.
Pongo como ejemplo los récords o cualquier competencia: estás tan nervioso porque tienes que dar todo de sí, o tienes que clasificar, o tienes una responsabilidad muy grande, que la mente te puede empezar a generar pensamientos bastante negativos: y si pasa esto, y si lo hago mal, y si, y si. Entonces, puedes tener una técnica de vuelo muy buena, puedes ser el mejor, pero si no estás preparado mentalmente, si no puedes bajar las pulsaciones de tu corazón, si no puedes entrar en un estado de calma, no vas a dar lo mejor, no vas a potencializar eso que tanto sabes, ya seas futbolista, periodista, conferencista, cualquier cosa que hagas en la vida de estas herramientas puedes sacar el mayor potencial como ser humano. Y eso es lo que le trato de infundir a mis estudiantes.
El paracaidismo es un camino de crecimiento personal más que un deporte, una manera de transformar la vida, salir de la rutina, o del hoyo en que a veces todos caemos, es una forma de evolucionar como personas. En mi caso, los récords Guinness que se han establecido hacen parte de esa evolución.

¿De qué manera?
Hace aproximadamente un mes participamos en un récord mundial que no se logró romper: 200 atletas volando de cabeza. Pero, como deportista, fue más lo que crecí estando donde estuve en el récord y cómo lo viví, que llegar a la meta. Ese camino maravilloso que tuvimos que recorrer con Nicolás Rubio para llegar allí, representar a Colombia, ser los únicos colombianos en muchos años en estar allí, y la única suramericana en la historia de ese récord en específico, significó una gran evolución para mí como deportista. Por eso, no haber establecido el récord no lo veo como un fracaso.
La técnica que utilizamos fue cabeza abajo. Es una técnica muy difícil, que toma años en perfeccionarla, nosotros llevamos mucho tiempo volándola y nunca se va a acabar el pulirla. Nunca se termina de aprender en el paracaidismo.
El récord consistía en hacer una figura con 200 personas en el aire con base en la física, la ingeniería, la geometría, para que esa figura vuele. Es como un avión, que tiene física, ingeniera, aerodinámica y esta figura también debe tener aerodinámica para que pueda volar. Cada uno de nosotros tenía un puesto específico en el equipo. La meta era que todos nos cogiéramos de la mano al mismo tiempo y volar la figura. Si todos estamos conectados es récord, si falta una persona no. Y faltó una persona. El otro año lo vamos a intentar de nuevo, aunque este 2022 ha sido el año de los récords.
Acabamos de establecer cuatro récords nunca hechos en la historia: dos récords suramericanos femeninos volando de cabeza en el que fuimos 10 atletas de cinco países y dos récords colombianos mixtos, todos volando de cabeza.
Y en noviembre se viene otro récord mundial femenino de 100 mujeres volando de cabeza, en el que seré la única colombiana en participar.

AHORA EN Deportes