Diez datos sobre El Quijote de la Mancha para volver a leer al clásico de la literatura

Cuando María Antonia Garcés Arellano, leyó por primera vez El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha su vida cambió por completo, por entonces era la madre de cinco pequeños y estaba estudiando una maestría en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, EE.UU.

De algún modo, como solo pueden lograrlo las grandes obras literarias, las aventuras del caballero de la triste figura y su escudero bonachón conmovieron en lo más profundo a María Antonia. Esto llegó mucho más hondo, cuando supo que el autor de la novela, Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), había sido prisionero por cinco años, ya que unos piratas turcos lo habían tomado como esclavo; también ella conocía el sufrimiento de Cervantes y cómo él había sobrevivido al secuestro.

“Desde entonces le dediqué mi vida a Cervantes”, afirma María Antonia, quien actualmente es profesora emérita en Estudios Hispánicos de la Universidad de Cornell (EE.UU.), crítica especializada en la obra cervantina y literatura del Siglo de Oro Español, autora de ‘Cervantes en Argel: historia de un cautivo’ (Editorial Gredos, 2015), obra por la que recibió el premio James Russell Lowell de la Modern Language Association of America (MLA), el más alto galardón concedido a un estudio literario, siendo la primera autora latinoamericana en recibirlo.

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María Antonia Garcés Arellano estará en Cali dictando un Seminario sobre El Quijote de la Mancha en la Casa Obeso, del 18 de marzo al 6 de mayo, los miércoles de 5:00 p.m. a 8:00 p.m. Avalado por la Universidad Icesi, en alianza con el Museo La Tertulia, el seminario tendrá un costo de $569.000 por las ocho sesiones.

Como bien se sabe, la obra maestra de Cervantes se centra en las dos partes del Quijote, la primera de 1605 y su continuación en 1615. En este seminario se llevará a cabo la lectura de la primera parte de Don Quijote y se explorará la gran creación de Cervantes “que nos sumerge en una fantástica galería de espejos de realidades opuestas”.

La crítica comparte con El País algunos aspectos importantes de este clásico de la literatura universal.

“Cervantes tenía 58 años cuando publicó el Quijote, para entonces, en 1605, era una edad muy avanzada, era como tener 75 años hoy. Además, en los últimos tres años de su vida, escribió y publicó febrilmente: sus Novelas ejemplares (1613), sus Ocho comedias y ocho entremeses (1615), El viaje del Parnaso, un largo poema autobiográfico (1615), la Segunda parte del Quijote (1615) y el Persiles, novela que firmó prácticamente en su lecho de muerte (1617).

La vocación dramática de Cervantes se manifiesta a lo largo de su vida. Él fue quien primero representó en España las duras experiencias de los cautivos, entre otras innovaciones que hicieron de él un pionero del teatro español. Fue gran crítico del teatro, como en el Prólogo a sus Ocho Comedias, donde acomete una acuciosa crítica del teatro de su época, que comprende desde los fundamentos del drama hasta las cualidades deseables en un actor. Todos los que quieran saber algo sobre los inicios del teatro español deben leer ese Prólogo”.

La novela que inaugura sus Novelas ejemplares, ‘La gitanilla’, trata de la vida de una gitana, Preciosa. En un momento en que los gitanos eran una minoría perseguida, asediada por la ley, Cervantes demuestra una audacia extraordinaria al inaugurar sus Novelas con una obra cuya heroína es una gitana. El mundo de Cervantes incluye a los forajidos, vagando libremente por la libertad de los campos, a los marginados de la sociedad (como los cabreros, los caballeros andantes, los gitanos, los bandidos, los ladrones, los galeotes los moriscos desterrados), los locos y los extranjeros. En el Quijote, aparece una heroína extraordinaria que es una extranjera, la mora Zoraida.

“Cervantes es un feminista antes de que existiera el término, un abanderado de las mujeres: sus mujeres —sus personajes— son fuertes,  determinadas, moralmente superiores a los varones, dueñas de su discurso y de su vida, grandes lectoras, a menudo escritoras o contadoras de cuentos, como Dorotea o Marcela, que aparecen en el Quijote. Estas mujeres de Cervantes declaran su amor y toman su vida entre sus manos. Incluso cuando son seducidas (como Dorotea) o son infieles (como Leonora en El celoso extremeño), Cervantes no las culpa y más bien atribuye su culpa a la sociedad o al maltrato de los hombres.

“Hay que resaltar igualmente su fascinación por el Islam y el respeto de Cervantes por la religión musulmana, que se expresan a través de toda su obra. La producción literaria de toda su vida demuestra el gran interés de Cervantes por la cultura islámica y su apertura hacia el “otro” moro, morisco o musulmán.

En su libro ‘¿Dónde se encuentra la sabiduría?’, el crítico Harold Bloom escoge a El Quijote de Cervantes como una de las obras que pueden brindar conocimiento sapiencial, es decir, acerca de la vida a cualquier persona que la lea. Afirma que para comprenderlo los lectores también deben ser quijotescos.

“Cervantes descubrió una nueva manera de enlazar la vida y la literatura, disimulando su presencia detrás de máscaras y delegando sus poderes en presuntos narradores, como Cide Hamete Benengeli, un ’historiador arábigo y manchego, que dentro de la novela se dice que es el verdadero autor del Quijote”.

“Cervantes fue un prolífico autor, que tiene a su nombre una profusión de obras literarias, como una novela pastoril, famosa en su época (La Galatea, 1585) y una bella novela póstuma que firmó en su lecho de muerte, conocida como el Persiles (1617). También es el autor de doce Novelas ejemplares (1613), muy populares, y de una serie fascinante de obras de teatro, entre ellas sus: Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados (1615)”.

“Al regresar a España después de haber luchado en la batalla de Lepanto (1571), el soldado Miguel de Cervantes fue capturado por piratas y llevado cautivo a Argel. Los cinco años pasados en las prisiones de esclavos dejaron una huella imborrable en su obra. La historia de esta experiencia traumática habla a través de su ficción. La idea de que los sobrevivientes de eventos traumáticos necesitan contar su historia para seguir viviendo explica de manera convincente la cantidad de relatos de Cervantes, que retornan insistentemente al tema del cautiverio en Argel”.

“Otro tema de gran importancia en Cervantes es la frontera, porque su creación literaria se erige en torno de las fronteras entre la España cristiana y el mundo musulmán en el Mediterráneo del siglo XVI.
Esas fronteras eran continuamente cruzadas por miles de individuos que vivían a caballo entre dos mundos, como los “renegados” o convertidos al Islam, que se las arreglaban para vivir a los dos lados de territorios y de culturas contrapuestas”.

Catedrática Emérita en Estudios Hispánicos en el Departamento de Estudios Romances de Cornell University. En 2003 recibió el premio James Russell Lowell por su libro ‘Cervantes en Argel: historia de un cautivo’ (2015).