Cinemateca de La Tertulia celebra sus 50 años con un clásico del cine mudo acompañado de música en vivo

Celebrando su medio siglo de historia, la Cinemateca del Museo La Tertulia —que inició funciones en 1975— realizará una proyección extraordinaria, en la que confluyen el origen y la vanguardia del cine colombiano, a la que ningún verdadero cinéfilo debería faltar.

Se trata de la película silente ‘Bajo el cielo antioqueño’, del director Arturo Acevedo Vallarino, estrenada originalmente en 1925 y que, gracias a una restauración de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, los caleños podrán admirar durante una función irrepetible con acompañamiento musical en vivo, que se realizará este miércoles, 15 de octubre, a las 7:00 p. m. en la Cinemateca de La Tertulia.

“Esta experiencia propone una lectura escénica de los silencios del cine temprano, devolviéndole su carácter performativo original. Imagen y música se entrelazan para revivir la tradición fundacional del séptimo arte como una forma de expresión total, en la que ambos lenguajes se complementan para narrarse mutuamente”, expresaron los organizadores.

Si bien la proyección de ‘Bajo el cielo antioqueño’, primer largometraje filmado en Medellín, busca recrear las condiciones en que se veía el cine mudo a principios del siglo XX, con música de piano en vivo, no se trata de un acto de nostalgia.

De hecho, el anacronismo resulta al tiempo innovador, puesto que la música para esta función, compuesta e interpretada por el pianista caleño Víctor A. Palacios, es original y no es un acompañamiento secundario, como lo era en el cine mudo tradicional, sino que tiene protagonismo, de modo que dialoga con las imágenes abriendo nuevos niveles de apreciación estética.

El evento denominado ‘En clave de cine: Proyección viva’, hace parte de la conmemoración por los 50 años de la Cinemateca del Museo La Tertulia, y se realiza en alianza con el Festival Internacional de Piano de Univalle.

El maestro Víctor A. Palacios, concertista graduado del Instituto Departamental de Bellas Artes y docente de la Universidad del Valle, se especializó en composición, improvisación y acompañamientos para diferentes producciones como óperas, obras de teatro, experimentales y de euritmia (danza poética).

Sobre el trabajo previo para crear la música que interactuará con ‘Bajo el cielo antioqueño’, cuenta que “en las primeras funciones de la película, fue el mismo director, el maestro Acevedo, quien interpretaba la música al piano, eso hace ya 100 años”.

Pero, dado que en esta proyección no interpretarán la música de acompañamiento típica de los años 20, buscando una experiencia más vanguardista, Palacios estuvo concentrado por varios meses para componer la música inédita que escucharán los espectadores.

“Me tomé el trabajo de ver la película varias decenas de veces, todavía sigo en eso, porque faltan unos días y sigo practicando. Lo que primero hice fue contemplar la película varias veces en silencio absoluto, porque tras la restauración viene con una música incorporada, pero no quería escucharla, sino imaginarme desde cero la música”, explica.

“Tomé nota los tiempos y fui creando unas imágenes sonoras basadas en los paisajes y los retratos, las escenas, las tomas y las perspectivas de los personajes, luego hice un esquema general o mapa general de la obra, como la arquitectura de todas las posibilidades armónicas y melódicas, y también defino donde no necesita música, porque hay que tener silencios poéticos y dramáticos”.

En cuanto a la composición que surgió de ese ejercicio creativo, aclara que “desarrollé una música específica basándome en las estéticas que yo manejo, que son una mezcla ecléctica de patrones rítmicos folclóricos y otros más de músicas contemporáneas colombianas”.

“La propuesta que yo hago tiene también un carácter improvisatorio, aunque está basada en unos temas principales para algunas escenas, una música característica que es el lietmotiv que se va desarrollando a lo largo de la obra, lo interesante es que hay partes que no escribí en su totalidad la partitura, sino que los dejé libres para ir cambiando y modificando estos temas. Es decir, una parte de improvisación en vivo, lo que hace de esta función algo totalmente inédito, es decir, único”, concluye el maestro Palacios.