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En un gran porcentaje los diferentes proyectos de renovación del Centro cuentan con diseños. Así quedaría el Centro Comercial que se piensa construir. | Foto: Especial para El País

CENTRO DE CALI

Diez años sin que El Calvario se transforme en Ciudad Paraíso, ¿qué hace falta?

Mayoría de predios para renovar la zona están comprados y demolidos. Pero no han puesto la primera piedra. Claves para el fin del vía crucis.

16 de febrero de 2020 Por: Redacción de El País 

Calvario, lugar de la calavera; camino señalado con catorce cruces que representa los pasos de la pasión de Jesús, reza el diccionario. Para el caleño de hoy, es el barrio donde hace 10 años inició al proyecto de renovación urbana más grande del país. Hasta la fecha no se ha puesto el primer ladrillo.

En lo que se conoce como los barrios El Calvario, Sucre y San Pascual, tendrían que haber construido el nuevo búnker de la Fiscalía, una centro comercial con una estación del MÍO y al menos 5000 viviendas. El nombre de este proyecto, casi sacado de la biblia: Ciudad Paraíso, una tierra prometida donde hoy solo hay ruinas.

Esta semana, el alcalde Jorge Iván Ospina se refirió al respecto en su cuenta de Twitter . “Estoy obsesionado con la idea que Ciudad Paraíso sea una realidad, me deprime pensar que después de 10 años no exista la primera edificación... Señores constructores, ¿les gustaría construir en el Centro?, ¿podríamos hacerlo?”. A su turno, y por la misma vía, la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, seccional Valle, le contestó: “Señor Alcalde, volver al Centro es un sueño suyo y nuestro. Hablemos y trabajemos. Todos queremos ciudades de calidad. Ese es nuestro punto de encuentro. ¿Le parece?”.

Una historia fallida

La historia dice que este no es el primer intento. Hacia 1897, los habitantes del centro, hartos del mercado campesino instalado en la Plaza de Cayzedo, decidieron trasladarlo afuera de la ciudad, justo a la lomita donde ubicaban una cruz en Semana Santa y a la que llamaban El Calvario. Así se dio el primer ensayo de renovación urbana de Cali.

Con los años, el mercado se expandió, convirtiéndose en motor de desarrollo: era el cruce de caminos para todos los que entonces cabían en el corazón de aquella ciudad. Con ellos también llegaron los bares, la prostitución, los otros rebusques de la vida. En 1958, mediante acuerdo municipal, el sector quedó declarado “zona de tolerancia y mujeres públicas”.

Diez años después, buscando mejorar las condiciones de El Calvario, o ‘la olla’, como en la calle lo habían bautizado, el Municipio decidió demoler la plaza central, que se encontraba justo donde hoy se levanta el Palacio de Justicia. Así fueron construidas las nuevas plazas de mercado en Santa Elena y Siloé.

En 1970 inició la construcción del Palacio de Justicia, donde se encontraba la antigua plaza de mercado, proceso que se demoró al menos 15 años. Ese fue el segundo paso de renovación.

El traslado de la plaza de mercado no fue exitoso: parte de los comerciantes se quedaron como ambulantes y rehusaron a irse. Incluso hay registros fotográficos de comerciantes vendiendo sus productos sobre los escombros del viejo mercado. Era casi lógico, el punto seguía siendo el mismo cruce de caminos. Por eso hoy, varias décadas después, el mercado persiste en ese lugar.

Con el nuevo siglo, llegaron nuevos planes. En el 2010 fue lanzado el proyecto Ciudad Paraíso, que articula todo el proceso de transformación en El Calvario, San Pascual y Sucre. De modo que aquí empezó el tercer paso del vía crucis.

Los nuevos pasos de la renovación

Más allá del calvario de quejas repetidas, anuncios e incumplimientos, todos los actores implicados (la Alcaldía, la gente, los constructores, los inversionistas) coinciden en que urge un efecto dominó: el inicio de al menos una obra que detone las demás construcciones necesarias. Durante los últimos diez años, los avances más importantes fueron la compra de predios y su demolición.

Recordemos que los tres grandes planes de Ciudad Paraíso, que todavía no ven la luz, son el búnker de la Fiscalía, el Centro Comercial con la Estación Central del MÍO, 5000 viviendas, y la apertura de un nuevo espacio público que sobre los planos, equivaldrá a tres plazas de Cayzedo.

De hecho, la Empresa de Renovación Urbana, Emru, que lidera el proyecto, estima que para los planes parciales de la Fiscalía y El Calvario —donde se construiría la estación y el centro comercial— tienen el 92 % de los predios comprados y demolidos.

Incluso, ya existe la Alianza para la Renovación Urbana de Cali. La conforman un grupo de constructores vinculados al plan, que da cuenta de una inversión de $54.000 millones en la compra de predios. Ellos están a la espera de que el Municipio al fin inicie las obras sobre la Calle 12, donde está pensada la recuperación de esa vía: el sueño incluye ciclorrutas, redes eléctricas subterráneas y la ampliación del acueducto, ya que es ahí donde proyectan levantar torres de apartamentos. En teoría, estos serán los detonantes, los primeros pasos de la reconstrucción.

El alcalde Jorge Iván Ospina dice que ya están trabajando con el Bloque Parlamentario del Valle para que el Gobierno gestione la construcción del búnker: “Si en seis meses no existe por parte de la Fiscalía la alianza público - privada y la identificación de la fuente de financiación, tendremos que pedir que nos devuelvan el predio. Allí construiríamos un proyecto institucional”.

En relación con la construcción de la estación central del MÍO y el centro comercial, el Alcalde sostiene que acompañará a los inversionistas para que inicien el proceso: “Les daremos todo el acompañamiento y todas las condiciones posibles para que puedan conseguir un aliado estratégico y sacar adelante este desarrollo”.

No hay que olvidar que en mayo del año pasado, para la construcción del centro comercial y la estación central del MÍO, ya existía un inversionista; pero tras la noticia de las nuevas restricciones impuestas por la Base Aérea para las nuevas construcciones de altura, decidió declinar su participación. En simples palabras, el hombre se llevó su plata a otra parte.

Paradójicamente la situación dio origen a una fuerte polémica entre la Alcaldía y Mindefensa, que quedó resuelta ajustando las restricciones de la Base Aérea. Hoy nuevos inversionistas le hacen ‘ojitos’ al proyecto.

Frente al plan de viviendas, Ospina afirma que los empresarios que adquirieron predios tendrán todos los subsidios que pueda proveer el Municipio: “Porque si no tenemos obra y maquinaria construyendo en Ciudad Paraíso, el proyecto se seguirá minando de desconfianza”.

¿La última estación del vía crucis?

Yesid Cruz, gerente de la Emru, y Sonia Amaya, directora de la Alianza para la Renovación Urbana de Cali, son tal vez las dos personas que más conocen del proceso. El primero construyó las bases de esta iniciativa desde la primera administración Ospina, y ahora vuelve al cargo . Sonia, a su vez, estuvo durante la última década tratando de sacar adelante la iniciativa.

“Hemos invertido cerca de $54.000 millones en estudios y adquirido cerca de 27.000 metros cuadrados de suelo. La primera manzana que queremos construir tiene una inversión proyectada de $100.000 millones. Por eso es necesario tener unas condiciones especiales y para esto hay que hacer ajustes al Decreto 300 del año 2010 que daba incentivos al proyecto: exoneración de impuestos por 10 años a las nuevas edificaciones. Algunos de esos términos vencieron y por eso le pedimos al Municipio que haga esos ajustes lo más rápido posible”, dice Sonia.

Entre esas actualizaciones proponen que se mantenga vigente la exención del Impuesto de Industria y Comercio, así como los beneficios en el Impuesto Predial. Al igual que la exoneración de estampillas para los inversionistas del proyecto. Y así otros.

“Esas modificaciones se tienen que hacer ya porque si no hay incentivos tributarios, es muy difícil que el proyecto salga adelante. Pero además se necesita que el proyecto tenga el liderazgo del Alcalde”, insiste la directora de la Alianza para la Renovación.

Yesid Cruz, recién posesionado director de la Emru, es optimista. Cree que Ciudad Paraíso tiene todas las condiciones para arrancar. “Empezamos en marzo obras de redes, construyendo andenes, recuperando malla vial, y trazando ciclorrutas. Esto está pensado para darle movilidad al proyecto habitacional, el centro comercial y la Estación Central del MÍO”.

Sobre el búnker de la Fiscalía, Cruz piensa que tener once sedes de la Fiscalía regadas por Cali es desgastante e ineficiente. “La idea es que todo el proyecto sea un jalonador de desarrollo, que sea el centro comercial a cielo abierto más grande del país, con oferta de vivienda y servicios, donde sea emocionante caminar con la brisa caleña. Hasta nuestros días este sector del Centro se resiste a morir, hoy día sigue siendo un cruce de caminos”, concluye.

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