Religioso fue golpeado luego de atacar, con una camándula, a un manifestante en la plazoleta Santo Domingo de Popayán

Un religioso terminó golpeado por los manifestantes que pintaron un grafiti alusivo a la película La Estrategia del Caracol en la fachada del templo Santo Domingo en Popayán.

La dura escena se presentó alrededor de las 5:46 de la tarde de este viernes 24 de octubre, cuando el joven, quien participa en los diferentes grupos de oración de las parroquias del centro de la ciudad, se acercó orando a los manifestantes, quienes permanecían frente a esa iglesia.

Posteriormente, se acercó a los grafitis que realizaron sobre las paredes del lugar, tomó una foto con su celular para luego hacer un recorrido, al parecer orando, balbuceando mensajes hacia Dios.

Luego, tras acercarse a uno de ellos, empezó a pegarle con la camándula mientras exclamaba expresiones relacionadas con la religión y el mal, de ahí que la reacción del joven fue defenderse a ‘puño limpio’ hasta que otros, tras percatarse de la agresión, empezaron igualmente a golpearlo

“Por qué le pegas”, gritaron los jóvenes mientras se abalanzaban sobre el religioso exaltado, quien buscó defenderse con tan mala fortuna de perder el equilibrio en ese momento para caer sobre el piso empedrado de la plazoleta, momento aprovechando por los jóvenes para “agarrarlo a patadas”.

En ese momento, unas jóvenes que participaban en esta movilización corrieron a mediar en la situación, evitando así que lo golpearan más hasta que el aporreado fanático se paró para después salir por sus propios medios del sitio, tomando una de las calles adyacentes y entre un grupo de policías.

“El muchacho se tomó muy a pecho el tema de Dios, y como hoy pintaron la fachada de la iglesia donde él asiste y donde lo he visto orar, entonces el pelado estaba como airado, rabioso, por eso se acercó y la emprendió contra el primer manifestante que se encontró en el camino, menos mal esas peladas ayudaron a mediar, evitando que lo lincharan”, relató la persona que grabó el momento con su dispositivo móvil, todo porque buscaba captar con su celular una canción de Charly García que sonaba en esos instantes.

Momentos previos

Horas antes, en ese mismo lugar, defensores del patrimonio público de Popayán y los manifestantes se enfrentaron luego que estos últimos buscaban pintar las fachadas del templo y de la facultad de Derecho.

“Indignante y doloroso es lo que se presenció hoy en la plazoleta de Santo Domingo, en la iglesia. Uno se niega a creer que sean estudiantes, con estas escenas, deduce uno que no hay futuro para esta ciudad y el departamento.

Unas personas golpean a adultos mayores, solamente porque pedían que no rayaran las paredes, la iglesia, pero no, recibieron patadas e insultos, es que alcancé a ver cómo a una señora la arrojaban al piso, la golpeaban”, denunció el concejal de Popayán por el partido Liberal, Jhon Ortiz y agregó que el rector de la Unicauca deberá tomar medidas para que esa violencia de algunos estudiantes no escale a otros niveles.

“La administración municipal tendrá que volverse muy seria en ese tema, porque están destruyendo el centro histórico, nuestras iglesias. Nadie es el dueño, es de todos, el centro nos pertenece. La libertad religiosa no solamente se refiere a los ritos como tal, sino también a los edificios que tienen una protección especial por parte de las autoridades competentes”, agregó Jhon Ortiz.

Mientras tanto, la comunicadora social y periodista payanesa, Ivonne Mosquera, resaltó que la protesta social es un derecho legítimo de todos los ciudadanos, y eso no está en discusión. Sin embargo, considera que “cuando una manifestación se torna violenta y termina afectando no solo a las personas, sino también al patrimonio de la ciudad, esa protesta se convierte en un acto de agresión por el cual, no han respondido las autoridades municipales”.

“No se trata únicamente de mantener limpias unas paredes blancas; se trata de proteger un legado histórico y cultural que atrae turismo, impulsa la economía local y fortalece nuestra identidad. Popayán ha sido una ciudad profundamente golpeada por el conflicto, y precisamente por eso debemos valorar y preservar aquello que nos une y nos representa”, agregó la profesional.