El pais
SUSCRÍBETE

La Unión Patriótica, un partido que busca su resurrección

Algunos sectores piden que se le reconozca la personería jurídica. Otros dicen que del partido no queda nada.

3 de abril de 2013 Por: Redacción de El País, Bogotá

Algunos sectores piden que se le reconozca la personería jurídica. Otros dicen que del partido no queda nada.

Los caminos de la paz del presidente Belisario Betancur Cuartas condujeron al nacimiento de la Unión Patriótica (UP) en 1984. Pero las cosas no salieron como estaban en el libreto. Esta colectividad, que logró obtener, entre otros, 16 alcaldes, 16 congresistas, 24 diputados y 256 concejales, se convirtió en el blanco –según los registros- de grupos paramilitares y del narcotráfico en Colombia.La campaña de exterminio dejó no menos de tres mil de sus militantes muertos, entre ellos los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa, además de 13 congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y un alto grupo de ellos exiliados o en las filas de la guerrilla.Hoy, 29 años después, la extinta Unión Patriótica quiere resucitar, porque al paralelo del asesinato de sus militantes, esta colectividad recibió el ‘puntillazo’ en el 2003 cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) le quitó la personería jurídica, porque en el 2002 no logró curules al Congreso de la República.Carlos Romero, exconcejal de Bogotá y expresidente de la UP, dice que esta colectividad “no existe” y recuerda que quienes pasaron por sus filas ya no están.“Ya no hay militantes, los que quedaron tomaron rumbos distintos. Al Polo, al Partido Comunista. No hay nadie en el grupo”, comenta Romero, quien se limita a decir que “la UP hoy es un recuerdo y un lamento por lo que ocurrió”.Un analista, que prefirió la reserva de su identidad, aclara que todo el mundo habla de la Unión Patriótica, pero en realidad nadie sabe si en verdad existe o no. Explica que lo que hay es “un nombre, un recuerdo y unos procesos jurídicos que recuerdan un partido que fue sacrificado por la violencia”, pero que “hoy no tiene una estructura, sino unas personas que por nostalgia u otras razones dicen que aún está presente”.Sin embargo, hay quienes creen que como ocurrió en el 84, hoy el camino está abierto para el retorno de la UP. El representante Iván Cepeda (hijo del último caído de la UP, el senador Manuel Cepeda en 1994) dice que “no solo estoy convencido que a la UP se le devuelva la personería jurídica, sino que como víctima se ha solicitado la restitución de la curul (en el Congreso) de Manuel Cepeda”.Para él, el Estado debe reparar colectivamente a la Unión Patriótica, no solo sus víctimas sino también como movimiento político, ya que “fue exterminado con los asesinatos de alcaldes, congresistas y candidatos”.Manifiesta que lo ocurrido con este movimiento fue “un atentado contra la paz y fue una traición al proceso”, por lo que aclara que eso lo único que derivó fue que se enviara un mensaje de que “no era posible ejercer la política por la vía legal”.Carlos Romero también considera que la restitución de la personería a la UP es importante y enfatiza que “nunca lo debió perder, fue un error del Consejo Nacional Electoral”, porque en el 2002 la UP ya estaba exterminada y obviamente no iba a lograr representación en el Congreso para seguir viva. “No se podían sacar los votos del cementerio, fue una decisión equivocada”, reitera.Una de las que ha venido impulsando la restitución de la personería para la UP es la senadora del Mira, Alexandra Moreno, quien da un paso más adelante y plantea que allí podría permitirse la llegada de algunos miembros de las Farc para que puedan hacer campaña política.Moreno dice que si el Gobierno quiere abrir espacios políticos a la guerrilla en el marco del proceso, “esta estructura de la UP se lo garantizaría”.Ómer Calderón, quien preside lo que existe de la UP, ha dicho a medios que el actual proceso no tiene nada que ver con la reparación y recordó que si no tiene personería es porque sus miembros “fueron masacrados”.De hecho, el mismo analista que pidió reserva, concluye que hablar de la UP como alternativa para cobijar desmovilizados de las Farc cuando se logren acuerdos en La Habana “es aventurado, porque recordemos que Bernardo Jaramillo desconoció a las Farc para acabar con el mote que el partido era el brazo político de la guerrilla. Eso no gustó en las filas de la subversión y ni los narcos ni los paramilitares le creyeron y terminó muerto”.

AHORA EN Colombia