El pais
SUSCRÍBETE

“La primera vuelta por la Presidencia es en marzo”

El analista Fernando Cepeda Ulloa habla del poco entusiasmo que han despertado las elecciones y la incidencia de los asuntos del país.

23 de febrero de 2014 Por: Redacción de El País

El analista Fernando Cepeda Ulloa habla del poco entusiasmo que han despertado las elecciones y la incidencia de los asuntos del país.

¿Cómo está viendo el ambiente político y esta campaña electoral?Digo simplemente que es una situación política que refleja aburrimiento, jartera, o desazón o desencanto.¿Y a qué atribuye ese estado?La ciudadanía no está encontrando respuestas políticas a sus aspiraciones, a sus intereses, a sus esperanzas; no encuentra respuestas ni en los dirigentes políticos, ni en los partidos ni en el Congreso. Lo que las encuestas muestran es una gran desilusión con los congresistas y usted podría extender ese desencanto y desilusión a otras instituciones en Colombia.El Gobierno y la Mesa de Unidad han centrado la campaña en la paz, pero pese a eso la gente no reacciona...La gente dice sí, queremos la paz, pero como no se va más allá, la gente no encuentra una respuesta a sus inquietudes, a sus temores, a sus miedos o sus esperanzas. Entonces, fíjese usted que el expresidente Uribe, al igual que los candidatos de la coalición del presidente Santos ponen la paz en el primer lugar; Uribe simplemente la califica y dice ‘castigo para los criminales’. Nadie hoy en Colombia diría ‘No’ a la paz, pero tampoco hay el gran entusiasmo, convicción o esperanza.¿Tiene eso qué ver con la reelección, donde hay un candidato con una clara ventaja sobre los otros?Yo soy un defensor de la reelección. Algunos me responsabilizaron de haberla promovido, lo cual no es cierto, pero me halaga que lo digan. Yo creo que Colombia es un país antirreeleccionista; no obstante creo que hay que educar a la gente para el tema de la reelección; esa es una dimensión. La otra, es que el 63 % dice en las encuestas que no quiere la reelección del presidente Santos y eso es enorme; el 66% en el 2008 decían que querían la reelección del presidente Uribe. El presidente Santos está siendo víctima de ese clima de desconfianza y aburrición y créame que me cuesta un trabajo enorme descubrir la campaña; no la veo. También creo que la reelección no está tan asegurada como dicen muchos. Pero reclamo para Colombia el derecho a la reelección. No veo por qué decimos que la reelección no es para nosotros y no es democrática. a mí me parece que la reelección le da a la ciudadanía la posibilidad de castigar o premiar al gobernante. Y el gobernante no se puede ir sin castigo o sin premio. ¿Ese aburrimiento no radica en la campaña parece limitarse a que la pelea es entre Santos y el uribismo?Yo creo que en dos semanas estamos decidiendo esta campaña; para mí, en marzo es la primera vuelta y en mayo 25, la segunda vuelta; y de golpe hay tercera vuelta, pero planteemos un escenario sencillo y por ejemplo Álvaro Uribe es derrotado en la elección de Congreso, pues me parece que ya todo queda claro y es muy difícil que Óscar Iván y Marta Lucía puedan volar porque lo que cuenta es el presidente Uribe. Entonces diría que eso queda claro y puede ser una elección mediocre, con muy pocos votos. Ahora, si el presidente Uribe produce los resultados del que hablan algunas encuestas, eso sería un fenómeno y sería muy difícil que eso no se reflejara en la elección de mayo y ahí es donde viene el tema de si Santos gana o no en la primera vuelta. Santos no está jugando en la campaña de Congreso, están jugando sus amigos, pero él no, porque no quiso enfrentarse a Uribe en esta campaña y simplemente no está haciendo campaña. A propósito de lo que pasó en el Partido Conservador con Marta Lucía, ¿cree que hay un fortalecimiento de los partidos tradicionales?Yo lo que observo es que de haber pasado al bipartidismo que yo defiendo y defendí a una situación de más de 70 partidos políticos y luego con la reforma del 2003 a una situación de unos 10 partidos; la verdad verdadera es que de esos 10 partidos lo que hay son, máximo, tres partidos, un sistema bipartidista con unos cuantos partidos “ad litem”. De manera que no me sorprendería que haya un fortalecimiento del bipartidismo tradicional y creo que eso sería una maravilla para Colombia contra todo lo que dicen. Pero mirado en la perspectiva de cada uno de los partidos, el tema es más difícil. Es probable que el Partido Liberal se esté fortaleciendo, pero no así el Partido Conservador y mucho menos si va dividido porque habrá unos votos que van a contar por el partido en las parlamentarias y es posible que muchos de esos votos se vayan para donde Uribe. En el 2002 Uribe capturó más del 80 % del voto conservador y no es sorprendente que parte del partido mire hacia Uribe. Entonces la convención conservadora reflejó ese fenómeno del enfrentamiento entre el partido parlamentario y el partido de base. El parlamentario está en desacuerdo con al candidatura de Marta Lucía y el partido de base que, si las cosas son como dicen, quería una candidata propia. Personalmente creo que sería un error descomunal del conservatismo no tener candidato. ¿Fue acertada entonces la decisión del Partido Conservador?Yo creo que fue acertada. No era acertada en la perspectiva del presidente Santos porque para él es vital el conservatismo, que fue una fuerza electoral y parlamentaria vital para el presidente Uribe y para Santos.¿Deberían hacer alianzas los conservadores con el uribismo?Las alianzas se deben hacer en la segunda vuelta. El tema es ver qué pasa con el Partido Conservador en estas elecciones de Congreso. Si se ubica con Uribe, se debilita, ahí va a sufrir mucho. Pero si no hay reelección en primera vuelta, el conservatismo podría superar esta división y ahí sí aparecer con su caudal y sus votos a negociar con el presidente Santos o con la candidatura uribista.¿Sí el uribismo obtiene un porcentaje electoral muy alto, sería eso una derrota para el Gobierno?Yo lo he planteado así: ¿por qué no analizamos qué pasa si en las elecciones de Congreso los conservadores sacan más curules que hoy? ¿Quién sería la responsable, la clase parlamentaria o Marta Lucía? Ahora asumamos que pierde curules ¿Quién es la responsable? ¿La clase parlamentaria o Marta Lucía? Ese debate se va a dar porque ¿puede Martha Lucía reclamar un triunfo en las parlamentarias o pueden endilgarle una derrota? Es un interrogante fuerte y claro que eso va a influir decisivamente en el futuro de Marta Lucía.¿Esta disputa del centro ahogó a la izquierda en Colombia? Digamos que la situación como la hemos descrito, si es cierta, ofreció la mejor oportunidad histórica que jamás ha tenido la izquierda y eso lo tenía claro Antonio Navarro hasta hace unas semanas en que tiró la toalla y dijo ‘voy a encabezar una lista a Senado y se acabó’, porque la izquierda no entendió o no supo comportarse. Fíjese que la izquierda fue la que lanzó la primera candidata presidencial hace un año y un mes, aunque no podía hacer campaña. Además, Gustavo Petro ha tenido un desempeño que desacredita la izquierda como administradora, como respetuosa del Estado de Derecho. Petro le causo un mal descomunal a la izquierda.¿Entonces cree que Petro va a salir más debilitado de este lío, antes que convertirse en un fenómeno?Yo creo que él tiene un fenómeno de popularidad muy pasajero. Demostró ser un pésimo gobernante; una persona con una concepción del Estado de Derecho muy discutible, que rompe todas las tradiciones colombianas. Lo que deploro es que eso ocurriera sin que hubiera unas críticas duras a ese comportamiento. Pero la izquierda, para volver al tema, nunca tuvo una mejor oportunidad, máxime con el proceso de paz. Es decir, ya una campaña electoral sin involucrar el proceso de paz era ya una oportunidad muy grande para la izquierda y con proceso de paz incorporado mucho más y eso lo votaron por la borda.¿Y por qué ocurrió eso?La izquierda en Colombia es así; es una familia política llena de rencores, de egoísmos, de egolatrismos. Si algún temor hubo hace tres años era que la confrontación Uribe-Santos abría el camino a la izquierda. Creo que eso estaba claro en todo el mundo y eso hoy no lo dice nadie, pero hace tres años se decía que ‘se le está abriendo el camino a la izquierda’. Eso hoy nadie lo dice y menos con los datos que hay y que dicen que sumados todos, no significan mayor cosa.¿Y no terminó siendo una estocada final la decisión del Consejo de Estado de devolver la Personería Jurídica a la UP, que vino a restarle más fuerza al Polo?Pues ellos entendieron todo lo contrario. Pero fíjese que la UP en las encuestas marca un 1 %. Eso no significó más que una reivindicación simbólica.¿Y cómo ve usted la crisis institucional del país?Estoy súper preocupado porque hay una crisis en el sistema de justicia, hay una crisis en el Legislativo, entendamos por Legislativo el Congreso, asambleas y concejos; Lo que ve o de fondo es una crisis formidable de la clase política, que al parecer no tiene nada qué decir y no oímos que diga nada. Eso es asombroso. Fíjese lo que pasó en Bogotá, la expectativa de que Petro pudiera salir no generó una candidatura a la Alcaldía. Un puesto súper deseable y no hay candidato; entonces dice uno: ¿esto qué es? No se han logrado tampoco las reformas a la salud o la justicia que son banderas del Gobierno...Claro y hay problemas de alta emvergadura en el sector educación, en salud, en infraestructura y usted ve que el Ejecutivo no logra confrontar el tema. Ahora, a mí me han preguntado ¿qué pasa con los partidos políticos si hay paz? Imagínese si hay paz y uno con estos partidos políticos confrontando a las Farc, por favor. Con una América Latina hoy casi toda gobernada por la izquierda y nosotros con estos partidos cuasi de mentiras; eso es gravísimo, además hay una crisis gremial, los gremios dejaron de existir. A cualquier sector, por miope que sea, tiene que interesarle que el país funcione bien. Yo hace 30 años escribía sobre la gremialización de la política para criticar el excesivo papel de los gremios en la política; hoy hay que escribir sobre la desgremialización de la política. Eso no puede ser, porque ellos representan unos intereses legítimos y porque son el país organizado que puede opinar e influir, porque los demás estamos muy desorganizados.¿Dónde ubica la Procuraduría en todo este debate institucional?El principal papel de la Procuraduría es el control disciplinario y ese poder lo ha venido ejerciendo con equilibrio. Se le critica su orientación ideológica, pero la verdad es que personas que son consideradas de derecha han sido castigadas de la misma manera que las de izquierda. La Procuraduría, como la Contraloría, tienen unos poderes exorbitantes que se explican por la situación que vivía Colombia en el 91, que exigía unas instituciones que tuvieran esos poderes para poder corregir entuertos descomunales como la infiltración de la mafia en el Congreso, alcaldías, gobernaciones y agencias del Estado. Entonces, la Constitución del 91, a conciencia, dijo aquí están estos poderes para combatirlos. Pero creo que los males persisten. La penetración de organizaciones criminales en el manejo del Estado, particularmente en el nivel regional y municipal es descomunal y por eso se requieren poderes descomunales para enfrentarlos.

AHORA EN Colombia