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Petrona Martínez, cantante afrocolombiana de música folclórica del Caribe.

PACÍFICO

Hospitalizan a Petrona Martínez en Cartagena

La artista, de 78 años de edad, presentaría una parálisis en la mitad de su cuerpo, y su condición estaría relacionada con problemas en la presión arterial.

16 de mayo de 2017 Por: Redacción de El País

La Reina del Bullerengue se encontraba en su casa ubicada en el municipio de Arjona, al norte de Bolívar, cuando presentó dificultades para hablar y se le durmió medio cuerpo.

Así lo confirmó a El Universal su hija Josefina Llerena Martínez.
La cantadora, de 79 años, fue llevada por sus familiares a la Clínica Madre Bernarda, al sur de la ciudad.

De ahí, fue trasladada a la Clínica Bocagrande donde permanece estable y bajo observación médica en la Unidad de Cuidados Intensivos.

El último parte médico dio a conocer que aún se encuentra en UCI, pero estable, que un ACV isquémico está en estudio (Accidente Cerebrovascular Isquémico), ya está conversando y ya presenta movilidad en el cuerpo.

Petrona sufre del azúcar y la presión, según contó Josefina.“Mi mamá estuvo el sábado en el médico para hacerse los controles de rutina. Le hicieron varios exámenes que se los entregan esta semana, pero hoy se le presentó el problema con la presión”, destacó.

Desde 2012 Petrona viene presentando problemas de diabetes y los médicos investigaban posibles anomalías cardiovasculares. En una presentación que tuvo en Soledad, Atlántico, ese año, en época de precarnaval, la matrona del Bullerengue sintió constantes mareos que la llevaron al desvanecimiento. Para esa ocasión aseguró que no tenía más servicios de salud que escasamente los que brindaba el Sisben.

El pasado miércoles, la artista tuvo una presentación en Santa Marta.
Entre sus logros a nivel internacional están dos nominaciones a los premios Grammy, por mejor álbum de música latina: ‘Bonito Que Canta’ (2002) y ‘Las penas alegres’ (2010).

Además, ha efectuado recitales para apoyar los derechos de las mujeres trabajadoras, en conciertos nacionales y varios festivales internacionales.

Su historia

La Reina del Bullerengue nació en San Cayetano, Bolívar, en enero 27 de 1939. Para no tener que repetírselo a los muchachos que le preguntan por eso, su tamborero Guillermo ‘Goyo’ Valencia Hernández lo ha escrito en la pared y ha puesto entre comillas una frase suya: “Yo nací al lado de un pilón”.

A su papá, Manuel Salvador Martínez, de Evitar, Bolívar, le decían Cayetano. Era un cantador de décimas y puyas, componía y recitaba con una memoria que deja a todo el mundo de una sola pieza. De él heredó su carácter firme.

Su mamá, Otilia María Villa Martínez, de temperamento suave, cantaba también. Ya está en el reino de sus recuerdos, no en este mundo carnal. De las noches de la infancia recuerda a Orfelina Martínez, su abuela; a Carmen Silva, su bisabuela, cantando bullerengues que luego rescataron cantadoras de la región del Dique y Mahates.

De su abuela y de sus tías, con quienes se crió después que su madre enfermara, Petrona aprendió a cantar bullerengue, danza musical campesina proveniente de África, mezclada con la cadencia del mar Caribe. Entonando melodías durante el trabajo, sembrando yuca, ñame, arroz, plátano, guandul o maíz, cantando por la tierra y los animales, y cantando con lamento por los trabajos desmedidos de su gente para poder ganarse la vida.

‘Las penas alegres’ ha sido ganadora de premios Shock, premio Radiocan, nominado a Nuestra Tierra. Artistas como Juanes, Aterciopelados, Checo Acosta, Cabas y Bomba Estéreo reconocen la grandeza e influjo de esta extraordinaria cantadora.

Petrona también representa a Colombia con sus cantos ancestrales en Inglaterra, Canadá, Brasil, Alemania, Francia, Marruecos, Malasia y España, entre otros países. Recibe la noticia de sus premios con la certeza que junto a ella los celebran sus ancestros. Todo lo que le ocurre, cuenta ella, la inspira para hacer canciones, los recuerdos tristes y alegres, las hojas que arrastra el viento, e incluso, las gotas de lluvia.

En 2015 recibió el Premio Nacional Vida y Obra, un estímulo que le otorgó el Ministerio de Cultura por ser una de las gestoras culturales más destacadas del país, por el proyecto ‘Bullerengue universal del arroyo de Palenquito para el mundo’.

En aquella oportunidad, el jurado calificador resaltó su aporte como símbolo y motor del resurgimiento y proyección de una de las grandes tradiciones culturales de Colombia.

‘La Reina del Bullerengue’ dice que cuando canta siente que no es ella la que está cantando sino su abuela Orfelina.

En el escenario, ella mira hacia un horizonte invisible que se emparenta con sus recuerdos. No mira a nadie en particular. “A veces alguien me dice: ‘Agité mis manos para que me vieras’, pero yo estoy viendo a mi abuela Orfelina. Ella era una mujer muy dulce, gruesa, de mi estatura, era comadrona, rezandera y cantaba bullerengue”.

Ha dejado claro, en varias oportunidades, que su legado está a salvo: “Mis hijas Nilda y Joselina Llerena Martínez cantan conmigo. Tengo una nieta que canta bullerengue: Wendi Rosado. Esa es la herencia que tienen mis nietos y bisnietos. Son casi cuarenta nietos y los que vienen. A mí me impresiona ver jóvenes (no sólo aquí del Caribe sino del interior del país), enamorados del bullerengue y los cantos de los abuelos”.

“Lo que uno ha vivido con amores es muy difícil que se le borre. Por ejemplo, cómo puede olvidárseme a mí la cuaresma si nosotros teníamos en casa un respeto por los días santos”, ha contado. Cuando le preguntan por Cartagena, se pone triste. No puede evitarlo. Recuerda siempre a su hijo Luis Enrique Martínez, a quien asesinaron a los 33 años por robarle un reloj de oro. A él le ha compuesto varias canciones.
“Siento que he nacido dentro del bullerengue y allí moriré. Está en mi sangre. Y lo siembro en mis hijos. Les digo que eso no se puede perder”, ha dicho en alguna ocasión.

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