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El ‘Cristo mutilado’, que recuerda la masacre que perpetraron las Farc en el templo de Bojayá, llegó ayer a Villavicencio, donde será bendecido por el Papa | Foto: EFE

PAPA FRANCISCO

El Cristo de Bojayá acompañará a Francisco en Villavicencio

La imagen fue testigo de una de las peores masacres en Colombia, donde murieron al menos 79 personas a manos de las Farc. Hoy será bendecida por Francisco.

7 de septiembre de 2017 Por: EFE y Colprensa 

El Cristo de Bojayá, testigo y superviviente de una de las peores masacres de Colombia en la que murieron al menos 79 personas a manos de las Farc, llegó ayer a Villavicencio donde hoy presidirá varios encuentros del papa Francisco con víctimas y será bendecido por el obispo de Roma.

La imagen del ‘Cristo mutilado’, como es conocido popularmente, fue ubicado en una posición de honor en la catedral de Nuestra Señora del Carmen de Villavicencio donde le hicieron un breve y emotivo acto.
Como parte de ese homenaje las Cantaoras de Bojayá, coro de mujeres de las diferentes comunidades afrodescendientes que habitan en ese municipio del departamento del Chocó, le hicieron un tributo musical a la paz.

Una de ellas, Eleiza Mosquera, de 59 años, explicó que el grupo llegó a Villavicencio de madrugada “pero el sueño de encontrarse con el papa porque el ‘Cristo Mutilado’ de Bojayá es (...) una esperanza, una reconciliación”.

Precisamente, la visita del Papa a Colombia que comenzó el miércoles tiene como lema “Demos el primer paso” y el objetivo de generar reconciliación en un país que sale de más de medio siglo de conflicto armado.

Una de las páginas más sangrientas de ese conflicto la vivió Bojayá donde el 2 de mayo de 2002 una bomba lanzada por las Farc durante un combate con las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) cayó en el templo donde había buscado refugio buena parte de los pobladores.

Los bojayaceños pensaban que ese sitio era el único refugio seguro, pero la explosión de la bomba dejó al menos 79 muertos, cifra que algunos elevan hasta más de un centenar, y decenas de heridos.

Los lugareños y sacerdotes católicos rescataron el ‘Cristo Mutilado’, que perdió piernas y brazos en la explosión, y lo guardaron varios años hasta que la imagen fue restaurado.

En este sentido, la cantaora Mosquera explicó que la bendición del Pontífice al Cristo es algo “muy importante” porque cree que al perder sus miembros puede que “también se haya perdido un poco la fuerza y esa bendición seguirá dándole fortaleza”.

“Le pedimos al Papa que con su venida para nosotros, colombianos, haya inclusión social, que se tenga en cuenta la voz de las mujeres, la voz de estas mujeres que han venido luchando, que han sido azotadas por la guerra y no solamente en el municipio de Bojayá, sino en Colombia entera y que recojan los frutos que hemos estado visibilizando y que la voz de la cultura ancestral se escuche”, concluyó.

Por su parte, el representante del Comité por los Derechos de las víctimas de Bojayá, Leyner Palacios, resaltó la presencia del papa Francisco en Colombia.

El líder social, quien fue víctima del violento ataque que sufrió el templo, dijo que el mensaje del Papa es bienvenido y muy afortunado, “porque en Colombia necesitamos dar el primer paso hacia la reconciliación y hacia la construcción de una paz con justicia social, necesitamos salir al encuentro con hermanos y a vernos como seres humanos”.

Palacios también resaltó la importancia del Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación nacional en el Parque Las Malocas, que sostendrán hoy las víctimas del conflicto armado con el Santo Padre.

“Su visita nos dejará a las víctimas mucha fe y esperanza, y especialmente su legado para seguirlo multiplicando en el sentido de la reconciliación. También nos dejará unos desafíos como el de seguir trabajando por la inclusión de derechos, especialmente de las poblaciones vulnerables”, agregó.

En el encuentro de reconciliación se espera que participen más de 6000 personas, principalmente víctimas del conflicto armado.

Palacios sostuvo que la imagen religiosa es un símbolo de la degradación del conflicto armado y del sufrimiento de millones de colombianos. “El hecho de que el Cristo camine y haga un recorrido con sus piernas y brazos amputados, es la huella del dolor que tienen más de 8 millones de colombianos que hemos sufrido la violencia”, dijo al explicar la peregrinación que hizo esta semana la imagen para llegar a Villavicencio.

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