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El 98 % de las viviendas de la isla Providencia fueron arrasadas por el huracán Iota. Presidencia anuncia que desde esta semana contratará mano de obra local para reconstruir el Archipiélago. | Foto: Especial para El País

HURACÁN

Cuatro historias de tenacidad en la emergencia del huracán en San Andrés y Providencia

Historias de quienes intentan superar la tragedia del huracán Iota tras su paso por las islas de San Andrés y Providencia.

19 de noviembre de 2020 Por:  Redacción de El País

Una vallecaucana que viajará a Providencia para ayudar en la búsqueda de su cuñado, un antiguo ‘cónsul’ del Archipiélago que planea regresar para dar una mano a los isleños que lo reconocen como ‘primo’ y una mujer dedicada al turismo que trata de sobrevivir con lo poco que quedó de su casa en San Andrés...

Esta es una antología de historias que recogen diversas experiencias alrededor de la tragedia que hoy tiene lugar en el archipiélago tras el paso del Huracán Iota, que ha dejado miles de damnificados y al menos dos muertos, con afectación de hasta el 98 % en las viviendas de Providencia.

Entretanto, han surgido diferentes propuestas para hacer donaciones, como la apertura de la cuenta de ahorros en BBVA #309-046688 por parte de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo o la de la Fundación Pro Archipiélago, 34800000675 de Bancolombia.
A su vez, el presidente Iván Duque anunció que para la reconstrucción del Archipiélago se contratará mano de obra local. “Se estima que en Providencia hay entre 370 y 390 personas que trabajan en el sector de construcción. Todos serán contratados por el Gobierno a partir del día de hoy (ayer)”, afirmó.

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Viajar a Providencia desde el Valle

Viajar desde Cali a San Andrés y después hacer escala a Providencia era el siguiente paso que haría la periodista Johana Quintero Mosquera para ayudar a su hermana, Claudia, en la búsqueda de su cuñado, Fausto Newalss Watson, de 45 años, pero que ahora cobra una nueva dimensión después de que el hombre al fin fuera encontrado.

La difusión que tuvo el caso permitió que un compañero de Johana, quien trabaja en Blu Radio, diera con el paradero del familiar.

“La última vez que hablamos con él fue en la madrugada del sábado vía WhastApp, luego se perdieron las comunicaciones”, contó Johana, quien desde el lunes empezó a recibir ayudas para conseguir los tiquetes y comprar la mayor cantidad de enseres para los damnificados.

Es por eso hoy planea reencontrarse con Claudia, quien junto con su hija logró salvarse del Huracán, pues tres días antes viajó a San Andrés para atender temas familiares.

El viaje de Johana cobra un nuevo matiz. Ignora cómo hará para llegar vía marítima a Providencia: “ya resolveré en cuanto llegue”, responde con seguridad.

“Todavía sacamos el agua que nos inundó”

Al igual que casi todos los habitantes de San Andrés, el sustento de Piedad Murillo proviene del turismo. Ella y una compañera con la que vive en el barrio Morris Landing cuentan con una moto de la que se sirven para hacerle recorridos a los visitantes de la isla, actividad que alternan con la ubicación de turistas en posadas, hoteles, etc.

“El no recibir ingresos durante toda la cuarentena fue el primer golpe que tuve este año. El segundo, lo que pasó con el Huracán Iota”, asegura la mujer, cuyos recuerdos del lunes aún permanecen vívidos en su memoria: “El mar crujía, los cables de la energía se desprendieron y los vidrios que se desprendieron de las ventanas me alcanzaron a cortar ligeramente. Y el techo de nuestra casa se perdió casi por completo”.

De acuerdo con Murillo, el miércoles madrugaron a la Gobernación para recibir la ayuda humanitaria, pero le dijeron que debía esperar. Su comida, al igual que la de los vecinos, proviene de una iglesia católica que hay en el sector, en donde los feligreses hacen donaciones. “Por lo menos tenemos un poquito de techo para dormir debajo de él, mientras terminamos de sacar el agua que antes nos llegaba a la rodilla”.

El cónsul de Providencia en Cali quiere regresar

En 1992 ocurrieron dos hechos insólitos: el paisa Simón González fuera elegido gobernador del Archipiélago y este nombrara al empresario Alberto Baiz como ‘cónsul’ de las islas desde Cali.

Desde entonces, la conexión de Míster Baiz, como lo llaman los raizales, no se ha perdido, incluso en estos momentos en los que cuenta su historia y, de repente, es interrumpido por una llamada del Alcalde de Providencia, con quien ha organizado un grupo de ayuda para levantar techos. “No quiero quedarme aquí, pero con el corazón allá.

Debo cuadrarme para regresar y ayudar en lo que pueda”, afirma Míster Baíz, cuya cabaña, en donde atesoraba infinidad de recuerdos, fue arrasada por el huracán.

“El principal reto siempre será la comunicación”

El trabajo de Diego Junco es reencontrar familias divididas o incomunicadas por situaciones de orden humanitario. En estos últimos tres días ha recibido nueve solicitudes de personas que residen en Cali e ignoran qué fue de sus parientes en el Archipiélago.

“En la Cruz Roja ya hemos resuelto dos de esos casos con la ayuda de un equipo que está en el territorio y hace los enlaces con la comunidad para facilitar el proceso de búsqueda”, cuenta Junco, quien es director del Área de Construcción de Paz de la entidad en Cali.

Agrega que está a la espera de otras diez solicitudes, muchas de ellas en busca de turistas ‘atrapados’ en Providencia. “El principal reto siempre será la comunicación y esta vez no fue la excepción”.

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