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El Centro de Aislamiento Transitorio Ubicado en el barrio San Nicolás es Uno de los vecinos incomodos en la ciudad, las personas que conviven  con este espacio no se sienten a gusto, debido a los peligros a los que se exponen y piden pronto a las autoridades gubernamentales su traslado.
Vecinos del barrio San Nicolás siguen inconformes por el funcionamiento del Centro de Aislamiento Transitorio en ese sector, pues han sufrido daños físicos en sus hogares y locales cuando se han presentado fugas de presos. También han tenido secuelas económicas y emocionales. | Foto: Aymer Andrés Álvarez

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Cárceles, canchas de fútbol, fábricas y discotecas, los ‘vecinos insoportables’ que son un viacrucis para miles de caleños

La calidad de vida de muchos caleños está siendo afectada por incómodos vecinos que se han vuelto una verdadera pesadilla.

8 de mayo de 2023 Por: El País

Por ser fuentes de excesivo ruido, obstruir la movilidad por el mal parqueo de vehículos, por no contribuir a la sana convivencia e incluso, por temas de seguridad ciudadana, muchas entidades y establecimientos comerciales se han convertido en vecinos indeseables para muchos caleños que los padecen en su vida cotidiana.

Uno de los motivos de mayor sufrimiento para los ciudadanos de la capital del Valle son los vecinos que emiten mucho ruido. De acuerdo con información de la Secretaría de Salud Municipal, la fuente generadora por la que más se queja la ciudadanía son los equipos amplificadores de sonido, los cuales constituyen el 54 % del total de las fuentes reportadas. Estos equipos no solo son usados en discotecas, bares y estancos, sino también en gimnasios, almacenes y supermercados.

También están las molestias por el ruido proveniente del funcionamiento de equipos y máquinas en talleres y fábricas cercanas a sectores residenciales que constituyen el 38 %.

Estos son solo algunos ejemplos de vecinos indeseables en Cali:

Molestias por exceso de ruido
Molestias por exceso de ruido | Foto: El País

Fábrica

Luz Marina Sierra está que ya no puede más. Han sido años de lucha para que las autoridades tomen cartas en el asunto y ordenen que la fábrica Natural Medy, dedicada a la fabricación y comercialización de productos para la salud, deje de funcionar en una zona residencial neta del barrio Prados del Norte.

En la Calle 39 Norte con Carrera 3C funciona esta fábrica que se ha convertido en su vecino más incómodo. Sierra explica que esta empresa ha ido comprando casas del sector e impera en este con sus dinámicas: sus camiones, sus cargas, descargas, tirando estibas, motos afuera, sus horarios, sus ruidos y olores.

De hecho, dice, trabajan de 6:30 de la mañana a 9:30 de la noche. “Yo siento ese ruido horrible de unas condensadoras gigantescas en mi patio y en mi habitación.

Desde que me levanto es oyendo ese ruido que se encajona en mi cuarto. Si yo viviera en Santa Elena o en un sector industrial no podría hacer nada, pero es que yo vivo en una zona residencial neta donde no debe haber ninguna operación industrial como esta”, expresa esta profesional que en muchas ocasiones se ha sentido impotente ante la indiferencia de algunas autoridades o su poca ayuda. Pero sus reclamos siguen. Junto a otros vecinos instauró una acción popular para seguir en pie de lucha.

Los vecinos de la empresa industrial, ubicada en el barrio Prados del Norte, han cuestionado que sin tener el uso del suelo permitido, los dueños tramitaron licencias para construir un segundo piso. | Foto: Por: José Luis Guzmán / El País

Reclusorio

Cada que ha habido intento de fuga en el Centro de Aislamiento Transitorio, en el barrio San Nicolás, Vladimir González* es uno de los vecinos más perjudicados. Presos que han intentado huir subiéndose por los techos de viviendas y locales aledaños han caído a su patio, han quebrado tejas de su casa y en una ocasión, uno de ellos le robó un celular fino a su papá, un adulto mayor que permanece en silla de ruedas.

En marzo de este año, durante la última revuelta, “que fue la más fea y aterradora” arreglar los daños que los presos hicieron en su techo (tejas y cielorraso) le costó $1.350.000, sin contar mano de obra.

Además, de esto, sus ventas de helados bajaron un 50 %. Clientes como la de la firma Tecnoquímicas dejaron de comprarle por miedo a lo que se pueda presentar en el sector con los reclusos. Además, debió trasladar su negocio a otro lugar.

Las secuelas emocionales que han tenido él y su familia por estos episodios de fuga son graves. Sus hijos de 5 y 10 años, por ejemplo, que ya estaban durmiendo en habitaciones independientes, no salieron de la habitación de él y de su esposa por espacio de cinco meses por el temor a que presos volvieran a irrumpir en su hogar.

De la Alcaldía no ha recibido ayuda. Lo único que le ha dicho el presidente de la JAC es que “no le han respondido nada”.

El Centro de Aislamiento Transitorio Ubicado en el barrio San Nicolás es Uno de los vecinos incomodos en la ciudad, las personas que conviven  con este espacio no se sienten a gusto, debido a los peligros a los que se exponen y piden pronto a las autoridades gubernamentales su traslado.
El Centro de Aislamiento Transitorio Ubicado en el barrio San Nicolás es uno de los vecinos incomodos en la ciudad, las personas que conviven con este espacio no se sienten a gusto, debido a los peligros a los que se exponen y piden pronto a las autoridades gubernamentales su traslado. | Foto: Aymer Andrés Álvarez

Complejos deportivos

Varios complejos deportivos se han vuelto un calvario para la tranquilidad de los residentes de la Comuna 17. La vicepresidenta de la Asociación de Juntas de esta comuna, Asocomunas, Rocío Selene Ruiz González, explica que en estas canchas hay consumo de bebidas embriagantes, incluso, en espacios donde hay presencia de niños; funcionan hasta altas horas de la madrugada; hay mucho ruido, hacen tiros al aire y hasta lanzamiento de pólvora.

“Hay muchos conjuntos residenciales alrededor de los complejos deportivos y el ruido llega a todos los apartamentos, no hay tranquilidad”, dice la también vicepresidenta de la JAC del barrio La Hacienda.

Esta semana, precisamente, hubo reunión de Asocomunas, vecinos, autoridades municipales y dueños de establecimientos como Morumbí, Olímpico, Tiro de Esquina, etc, para llegar a acuerdos con el fin de superar esta problemática.

De acuerdo con Alirio Gómez, socio del complejo Morumbí, los establecimientos se comprometieron a “que por tardar, a las 11:00 u 11:30 p.m., tienen que estar sin clientes, luces apagadas y cero bulla”.

Además, que no podrán vender licores fuertes como whisky, aguardiente, tequila, pero sí cerveza en forma moderada y productos hidratantes. En un mes se reunirán otra vez y se evaluará el comportamiento.

En el Barrio  El Peñón es costumbre ver carros mal parqueados que generan trancones  y molestias entre los transeúntes, además las canchas sintéticas se han vuelto un dolor de cabeza para los vecinos, debido al intenso ruido a altas horas de la noche.
Complejos deportivos en La Hacienda se han convertido en vecinos indeseables por la bulla y el consumo de licor hasta altas horas de la noche.

Secretaría de Movilidad

Residentes del barrio Los Andes tenemos un vecino incómodo: la Secretaría de Movilidad de Cali, especialmente quienes vivimos entre las calles 57 y 59, entre carreras segunda y tercera, comenta Antonio Velasco.

Resulta, agrega el vecino, que “de la carrera tercera hacia la segunda, por la calle 57, se ha vuelto imposible transitar debido a que las empresas que prestan servicios de tránsito ocupan todos los andenes con los carros de sus clientes. A esto se suman las ventas de tinto, arepas, frutas y demás. Y todo esto, ante la mirada complaciente o indiferente de los guardas de tránsito que llegan a esta zona. No le llaman la atención a los infractores, no le imponen un comparendo a nadie”.

Los invasores del sector no solo obstruyen el paso de quienes vivimos por aquí sino que se meten en contravía en la Calle 57 entre carreras 2D y 3, que es en un solo sentido hacia la Carrera 2, dice Velasco, quien enfatiza: “todo esto en las narices del guarda o los guardas que mantienen en ese punto, que es un territorio de nadie: motos y carros estacionados como les dé la gana a sus dueños, nadie evita que se estacionen allí los vehículos cuyos conductores van a hacer diligencias de tránsito. El único que imparte ‘órdenes’ es el del ‘trapito rojo’, que anda tras la monedita”.

Por la cantidad de carros y puestos de ventas ambulantes es imposible transitar por este sector.
Por la cantidad de carros y puestos de ventas ambulantes es imposible transitar por este sector. | Foto: Especial para El País

Bares y discotecas

Bares y discotecas que están ubicados en manzanas que de acuerdo al Plan de Ordenamiento Territorial de 2014 son residenciales netas constituyen apenas algunos de los vecinos incómodos de residentes del barrio El Peñón.

Según Carlos Andrés Hernández, presidente de la Junta de Acción Comunal, JAC, de El Peñón, entre las zonas más impactadas está la Carrera Segunda entre la Calle Primera Oeste y la Calle Tercera donde se ubican “establecimientos como Absenta, La Premiere, Sagsa, Penélope, Acústica, que afectan la tranquilidad y sobre todo, los horarios de descanso de los residentes del barrio”.

Hernández, además, enumera un rosario de ‘vecinos’ que afectan la calidad de vida de quienes viven en el sector: ventas ambulantes que hacen una ocupación indebida del espacio público; la presencia descontrolada de vigilantes de cuadra que se creen los dueños de las calles, algunos de los cuales sirven de campaneros y de vendedores de sustancias psicoactivas; habitantes de calle que buscan comida o qué reciclar entre las basuras...

“Tenemos que recuperar el orden para la ciudad, con el fin de que no siga en franco retroceso como en los últimos 20 años por la permisividad de las autoridades y de la ciudadanía”, concluye Hernández.

A través de varios operativos, el Dagma ha clausurados establecimientos comerciales que tienen exceso de ruido y perturba la tranquilidad de los sectores.
A través de varios operativos, el Dagma ha clausurado establecimientos comerciales que tienen exceso de ruido y perturba la tranquilidad de los sectores. | Foto: Dagma

Iglesia, gimnasio y más

Moradores de la Unidad Residencial Manzanares (Calle 44 con Carrera 1E) aseguran tener tres vecinos insoportables: la iglesia cristiana Misión Adoradores, el Gimnasio B Fitness y el parqueadero del Centro Comercial Plaza 44.

Una de las residentes que dio testimonio bajo anonimato por cuestiones de seguridad, comentó que la iglesia es un vecino incómodo por el alto volumen del equipo y de la batería los fines de semana. “El gym porque tiene inicio de jornada a las 5:00 a.m. y desde esa hora se escucha música y pesas caer. Sin embargo, las clases dirigidas son los dolores de cabeza iniciando a las 7:30 y finalizando a las 8:00 a.m., y en la noche, algunas veces, van de 7:20 a 9:00 y de 8:30 a 9:30 p.m.”

El parqueadero del centro comercial, prosigue la ciudadana, se convierte en una cantina los fines de semana al interior de la cual ponen música desde las 4:30 o 5:00 p.m., hasta el día siguiente a las 9:00 a.m. “He puesto muchas quejas ante el cuadrante de la Policía en donde me han indicado que el personaje que allí atiende es demasiado grosero y no pueden hacer nada. Que como conjunto instauremos una querella ante un juez de paz para llegar a un acuerdo. Y la administración de la unidad no lo ha hecho y a nivel personal no lo haré, no quiero problemas”.

Los gimnasios en zonas residenciales generan mucho ruido, con el golpe de las pesas y con la música que suena todo el día. | Foto: José Luis Guzmán / El País

Tenga presente

Algunas de las entidades que participan en la resolución de problemáticas entre vecinos son el Dagma, la Secretaría de Salud Municipal y la Policía.

En el 2022 el grupo de acústica del Dagma recibió y atendió 1263 solicitudes de atención; se realizaron 476 operativos para atender quejas y se realizaron 1082 visitas de inspección, vigilancia y control. En estas actividades se impusieron 66 medidas preventivas, se realizaron 25 cursos de capacitación sobre normatividad ambiental a 526 posibles infractores. Se iniciaron 12 procesos sancionatorios.

El Grupo de Gestión Integral de la Secretaría de Salud Ambiental, de la Secretaría de Salud Municipal de Cali, recibió 151 solicitudes de peticiones, quejas y reclamos por exceso de ruido. La Comuna 3 es la que presenta el mayor número de peticiones relacionadas con ruido.

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