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Los niños tienen clase desde las 8:00 a.m. hasta las 3:00 p.m. A aquellos que tienen una discapacidad auditiva se les realizan implantes cocleares, que sirven para transformar las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo. | Foto: Foto: Giancarlo Manzano / El País

Participe de la 'Noche de la Luz' para ayudar a pacientes del Instituto de Niños Ciegos y Sordos

La organización, que atiende a niños con discapacidad visual y auditiva, realizará un evento el próximo 8 de octubre para recaudar recursos.

2 de octubre de 2019 Por: Redacción de El País

“La bondad es un lenguaje que el ciego puede ver y que el sordo puede oír”. Esa frase cargada con la contundencia de las palabras que solo pueden salir del corazón, es la primera imagen que recibe a quienes se adentran en el Instituto de Niños Ciegos y Sordos.

De a poco, esa placa de cerámica que está empotrada en una de las columnas del lugar va cobrando vida. El ‘tac’ ‘tac’ ‘tac’ que emiten los bastones guías de un grupo de cinco niños es lo único que se escucha en el lugar. Ninguno de ellos tiene más de ocho años, tampoco pueden ver lo que les rodea. Apenas aprenden cómo dar un paseo, cómo caminar cuando siempre es de noche.

Ellos son solo un pequeño grupo de los 140 niños de cero a once años que a diario son atendidos en el Instituto, donde reciben talleres, terapias y capacitaciones para rehabilitar la visión y la audición, además de clases de educación escolar básica.

Cuenta Pedro Pablo Perea, director del Instituto para Niños Ciegos y Sordos, que las clases apuntan a que los niños sean autónomos, pues aprenden desde hacer operaciones matemáticas con un ábaco a evitar el lenguaje de señas y comunicarse por medio del habla, manejar una máquina Perkins -usada para la escritura en Braille- o utilizar un computador.

“Este es un proceso que se hace con el acompañamiento de las familias para que se conviertan en el principal pilar del apoyo de los niños y no suceda lo que pasaba hace años, que era esconderlos, lamentarse eternamente por su condición y conducirlos casi a la indigencia. Hoy en día los niños salen con un proyecto de mejoramiento de su calidad vida para que en un futuro sean bachilleres y profesionales, o que sean artistas, deportistas”, afirma Perea, quien señala que las competencias enseñadas a los niños hacen que quienes tengan discapacidad visual puedan entrar a tercer grado en un colegio, mientras que los niños con discapacidad auditiva pueden integrarse a cuarto grado de primaria.

Sin embargo, aprender cómo sumar y restar, y que la familia apoye el proceso, son apenas dos pequeñas partes de la rehabilitación de los niños.

Nicole, una niña de seis años que tiene discapacidad visual y dificultades motrices, llegó al Instituto cuando tenía dos y no había asomo de habla, mucho menos de gateo.

Comenta Amparo, la abuela de Nicole, que las terapias con luces, figuras y rompecabezas han ayudado a que la destreza de la niña se haya despertado. “Hoy la niña puede caminar y correr, algo que los médicos nos dijeron era imposible, su desarrollo ha sido genial y no esperábamos que ocurriera. A ella le faltan aún tres años aquí, pues está cursando Jardín, y lo que queremos es que su proceso continúe en un colegio para que sea bachiller”, dice Amparo.

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Entre tanto, Claudia Umaña, madre de Nicolás, un niño que llegó al Instituto a los siete meses de nacido, tras haber sido diagnosticado con anoftalmia bilateral y retraso motor, cuenta que la evolución del niño ha sido notoria.

“Yo me preguntaba cómo el niño iba a hacer para caminar y hablar, que eran mis mayores preocupaciones. Pero hoy Nicolás se viste solo, se baña solo, juega solo y habla hasta por los codos; es un niño completamente independiente, es feliz y eso hace que cualquier preocupación o temor se vaya”, asegura Umaña.

Sobrevivir en la oscuridad

Cuenta Pedro Pablo Perea que el costo por brindar atención con especialistas en nutrición, optometría, fonoaudiología, terapistas y educadores, a un niño en condición de discapacidad visual o auditiva ronda los $1,4 millones mensuales. No obstante, por ser población perteneciente a los estratos 1 y 2, los costos son financiados casi en un 100 % por el Instituto, lo que hace que cada mes las familias solo tengan que cancelar cerca de $50.000.

Aunque la Christoffel Blindenmission era el gran donante del Instituto para Niños Ciegos y Sordos y anualmente donaba $1100 millones para el sostenimiento del proyecto de rehabilitación de los menores, desde el 2018 dichos recursos dejaron de aportarse, lo que ha conducido a la institución a recurrir a estrategias de consecución de fondos, donaciones y apoyo de terceros.

Es por esta razón que el próximo el martes 8 de octubre, a las 6:30 p.m., se realizará la ‘Noche de Luz’, un espacio en el que se busca recaudar fondos que ayuden a garantizar el funcionamiento de este refugio. El evento tendrá lugar en la sede del Instituto para Niños Ciegos y Sordos, que está situado en la Carrera 38 # 5B1 – 39, en el barrio San Fernando.

“Esta va a ser una velada en la que las personas podrán conocer cómo es el proceso de los niños, quienes van a hacer presentaciones culturales y contaremos con la participación de nuestro coro y de niños que mostrarán el talento que tienen para tocar instrumentos musicales. Esta será una noche para que de buen corazón que sepan lo que hacemos y quieran a esta organización donen desde 500.000 hasta que se vinculen a proyectos estratégicos con aportes de $5, 10, $15 y $20 millones. Esto nos permitirá continuar con los procesos de habilitación y rehabilitación de los niños, así como seguir prestándoles el proceso de escolarización”, dice Perea.

Durante esta noche, que tendrá como temática principal el Litoral Pacífico con su música y gastronomía, también se abrirá por segundo año consecutivo la galería de arte con las pinturas al óleo que han realizado los niños.

“Este es el reto más maravilloso que he asumido en mi vida. Los niños y niñas son de una sensibilidad infinita. He aprendido muchísimo, y es una experiencia invaluable. El taller es un espacio de sensibilización y felicidad total, donde aflora suavemente el talento”, dice la pintora lituana, Irina de Rodas, quien acompañó el proceso artístico de los niños.

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Para conocer más acerca de la ‘Noche de la Luz’ y cómo aportar para que el Instituto para Niños Ciegos y Sordos siga con sus puertas abiertas, puede comunicarse a los teléfonos 3186992147 y 3174374915.

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