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Cali es el paraíso de las aves: historia de un resguardo para más de 100 especies

En la finca ‘Alejandría’, ubicada en el kilómetro 18, se pueden apreciar 103 especies de aves, en su mayoría colibríes.

7 de diciembre de 2013 Por: Elpaís.com.co

En la finca ‘Alejandría’, ubicada en el kilómetro 18, se pueden apreciar 103 especies de aves, en su mayoría colibríes.

Muchos caleños no saben que a 30 minutos del casco urbano de su ciudad, hay un lugar que se conserva a 17 grados centígrados, ve nacer al río Aguacatal y cuenta con su propio bosque de niebla. Se trata de la finca ‘Alejandría’, más conocida como ‘El paraíso de los colibríes’, dado que es el hogar de 103 especies de aves, entre las cuales reinan estos pájaros, reconocidos como unos de los más pequeños del mundo. “Nuestro espacio de cuatro hectáreas y media es en un 90 % bosque virgen de niebla”, cuenta la abogada Elsa Ruíz, una de las propietarias de la finca, quien asegura que hace aproximadamente cuatro meses el lugar fue considerado un sitio exclusivo para avistar aves en el suroccidente colombiano, por Andrés Díaz, asesor de turismo en la naturaleza de Proexport. Elsa también cuenta que, hace seis años, el bosque de neblina de ‘Alejandría’ fue declarado Área Importante de Conservación de Aves o Aica, por parte del instituto colombiano de investigación biológica Alexander Von Humboldt.“Las visitas son variables, pero hemos llegado a tener 30 personas al tiempo. La mayoría de turistas viene de Cali”, cuenta Ruíz y agrega que la mayoría de personas que van al lugar son biólogos, ornitólogos o simplemente personas del común atraídas por el espectáculo natural. Algunos de los visitantes más reconocidos son el fotógrafo Rodrigo Gaviria, autor del libro ‘Las aves más hermosas de Colombia’; Humberto Álvarez, presidente de la junta directiva de la Asociación Colombiana de Ornitología hasta 2004 y el rector de la Universidad Icesi, Francisco Piedrahita, fanático de las aves. El otro propietario del lugar es el argentino Raúl Nieto, esposo de Elsa. Ambos habitan en la finca desde 2006, pero aseguran que esta tiene más de quince años.“Cuando llegamos, iniciamos la construcción de un sendero peatonal de tres kilómetros, que ya está concluido. Hace cinco años resembramos 200 palmas y heliconias”, cuenta Nieto, quien agrega otras plantas presentes en el lugar son la orquídea, el árbol siete cueros y el balso. “La finca cuenta con dos tipos de orquídeas que hasta ahora son desconocidas. Ni siquiera sabemos cómo se llaman”, afirma el argentino originario de Belén de Escobar, quien también cuenta que el lugar es atravesado por el nacimiento del río Aguacatal.Nieto explica que “entre los 103 tipos de aves que hay aquí, se incluyen 27 especies de colibríes, además de tangaras, tucanetas, guacharacas y muchas otras”, dice. También se ven en el lugar monos, perros de monte, ardillas, armadillos y puercoespines.En el año 2000, las 800 hectáreas de bosque de neblina del sector fueron declaradas reserva natural, razón por la cual ‘Alejandría’ no se convirtió en el lugar turístico con cabañas abiertas al público. Ahora es parte de un bosque preservado. Este espacio se ha convertido en un pulmón verde con el permanente sonido de los colibríes, que se pueden apreciar a muy corta distancia. “Los colibríes beben 40 litros de agua al día y se comen hasta cuatro kilos de azúcar cada cinco días. Las otras aves consumen cinco racimos de banano a la semana”, cuenta Elsa, quien dice que su propósito es instalar bancas en el lugar, incluir señalización y mejorar el sendero. Ella enfatiza en la importancia de que los vallecaucanos visiten este santuario natural. “Que vengan y comprendan qué es un bosque y por qué debemos conservarlo”, afirma y asegura que desde hace tres años la Policía ha reforzado su labor en la zona, volviendo más cómodos y seguros el acceso y la salida.“Este lugar se creó para incentivar el turismo ecológico en Colombia. En 2008 fue sede de la celebración del Día Nacional de las Aves”, dice. La finca ‘Alejandría’ se encuentra en el kilómetro 18 de la Vía al Mar, tres kilómetros después de girar a la derecha en el puente peatonal. Está sobre el lado izquierdo del camino.“Este es un lugar encantador. Recorrer el bosque de neblina es un sueño. Me recuerda al de la película Avatar. Hay puntos en los que no se puede ni ver al que está al lado de uno”, afirma Elsa. Lina Pabón, una visitante bogotana de 19 años, dice que le pareció “hermoso ver la diversidad de aves y flores. Los colibríes me parecieron muy lindos. Me sorprende la amplitud del lugar”.

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