El incierto retorno a casa de los caleños en vilo ante los cierres de fronteras por el coronavirus

Clara Inés Arango y María de las Mercedes Arango completan 36 días encerradas. Son hermanas, caleñas y, aunque no tienen Covid-19, se encuentran en lo que el Gobierno Nacional llamaría un aislamiento obligatorio. No tienen de otra, están en medio del mar.

Ellas son las únicas colombianas de los 2.500 pasajeros que van a bordo del crucero MSC Splendida, que zarpó el pasado 14 de febrero desde Singapur con miras a recorrer varias ciudades de Asia. En el itinerario aparecían puertos como Phuket y Cochín, en India; Colombo, en Sri Lanka; Mascate, Khasab y Salalah, en Omán, Petra, en Jordania; Atenas y Rodas, en Grecia, Dubai y Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes. El destino final del viaje sería Génova, en Italia.

No obstante, el único puerto al que lograron llegar fue Dubai. De ahí en adelante, más de diez ciudades han restringido la entrada del crucero, pese a que ninguno de los pasajeros es positivo en Covid-19. En tiempos en los que el coronavirus ha colonizado 146 países, el MSC Splendida es una república independiente, libre de la enfermedad.

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Hoy, en medio del Canal de Suez, la embarcación busca llegar a Marsella, Francia. Ese fue el único puerto que autorizó al crucero atracar para que sus viajeros volvieran a sus viviendas y en el cual desembarcarán, si no hay inconvenientes, el 24 de marzo.

Sin embargo, hoy el panorama para este par de hermanas es tan confuso como al principio, pues tras el anuncio del Gobierno Nacional de suspender desde el próximo lunes, 23 de marzo, y durante 30 días el ingreso al país de todos los viajeros (connacionales y extranjeros) que provienen de vuelos internacionales, dicen que no tienen muy claro qué hacer.

“Esto es fatal, porque ya nos dijeron que teníamos que comprar un tiquete para regresar a nuestro país y presentarlo el 23 de marzo, porque no se puede andar por Marsella ni por París. Necesitamos que al menos nos dejen entrar al país a mi hermana y a mí, que estamos sanas, porque no nos pueden dejar por acá tiradas”, comenta Clara Inés, a través de WhatsApp, quien es pensionada y dice que pese a que las cancillerías de México y Argentina están en contacto permanente con los pasajeros del crucero, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia no ha contestado sus clamores de ayuda.

De acuerdo con el presidente de la República, Iván Duque, la restricción de entrada al país “es una medida dolorosa, pero aquí necesitamos que la pedagogía se ejerza”.

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En Ciudad de México se encuentran varados siete bailarines caleños que viajaron a participar en un par de festivales de danzas y planeaban quedarse hasta el 31 de marzo. No obstante, la pandemia de coronavirus cambió los planes y obligó a cancelar los eventos.

Gabriela Rodríguez, una de las bailarinas, cuenta que pese a que ella y sus compañeros se encuentran bien de salud, están resguardados en la casa de la cultura de Milpa Alta. Allí les practican pruebas diarias de temperatura y respiración. Son básicas, dice. Hasta ahora, el diagnóstico es que todos están libres del virus.

“Estoy de acuerdo con que no dejen entrar extranjeros al país, pero si nosotros no conseguimos vuelo antes del lunes, ¿qué hacemos? ¿para dónde pegamos? Nuestro objetivo es irnos lo más rápido posible, porque quedarnos no es una opción”, dice Gabriela, quien cuenta que al conocerse la restricción que habrá para los vuelos extranjeros, las aerolíneas reportaron que los viajes de regreso están llenos hasta el 23 de marzo.

Hoy, con 70 dólares y 1500 pesos mexicanos en el bolsillo (cerca de $250.000), para Gabriela y sus amigos es una incógnita si podrán, como canta Vicente Fernández, volver, volver, volver... antes del 23.

Por estos días de emergencia por coronavirus los pasillos del aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón suelen verse con poca afluencia de pasajeros, casi vacíos.

Este jueves llegaron a esta terminal aérea solo cuatro vuelos internacionales. Entre ellos, uno de Spirit proveniente de Fort Lauderdale (EE.UU.), dos de Avianca (Nueva York y Miami) y otro de Copa Airlines (Panamá).