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Diez almacenes de la Calle 5 en Cali que disparan sus ventas en Navidad

Diez almacenes de decoración, ubicados sobre la calle , celebran el aumento de las ventas. Se mueve el comercio.

9 de diciembre de 2013 Por: Alda Mera | Reportera de El País

Diez almacenes de decoración, ubicados sobre la calle , celebran el aumento de las ventas. Se mueve el comercio.

Si la Navidad llena de alegría a todo el mundo, a los comerciantes de adornos navideños de la Calle 5a. de Cali los tiene con el espíritu de la época totalmente encendido. Las ventas este año han mejorado de manera ostensible en esta vía arteria que parece convertirse en el corredor navideño de la ciudad.Cuando el empresario austriaco Harry Borgenicht abrió su almacén Navilandia hace 20 años donde había una librería, parecía una idea descabellada. Pero acertó. Él es el primero que abre y desde junio pone todo al 50 %: a la fecha, muchos de sus productos ya estaban agotados. Más de 2627 árboles de Navidad vendidos –sin contar las ventas al por mayor en la fábrica–, desde los $9000 hasta los $600.000, le permiten a esta firma generar hasta 180 empleos en esta temporada, dice Gladys Correa, administradora de este punto de venta. De ahí que detrás de este fabricante de árboles, guirnaldas y coronas -sus productos estrella- fueron llegando otras marcas a la calle 5. Hoy son diez almacenes distintos que hacen de la decoración navideña el negocio que en tres meses les da para vivir el resto del año. Estar sectorizados sobre una vía emblemática de Cali y en un punto equidistante del sur y del norte, es un hecho positivo para todos: “Competencia llama clientela, lo que no tiene el uno, lo tiene el otro”, dicen. Muchos de ellos tienen tiendas exclusivas en la Avenida Sexta, pero ante el movimiento y la dinámica de ventas de la Calle 5a. decidieron abrir otros puntos de ventas allí.El epicentroUno de ellos es Pincaso, que aunque es nuevo en el sector, inauguró una segunda tienda de dos pisos en la misma Calle 5a., Pincaso Royal. Johan Tenorio, administrador de esta tienda, afirma que esta vía se convirtió en epicentro de la decoración navideña, como la 53 en Bogotá, y que les ha ido muy bien en esta ubicación.“El negocio de la Navidad es muy bueno. Nuestros mejores clientes siempre son mujeres, especialmente de Ciudad Jardín o barrios donde tienen grandes casas y cada año renuevan totalmente su decoración. Compran de una vez 5 o 6 millones y le pagan millón quinientos a un decorador para que les adorne su casa o $100.000 o $120.000 solo por vestir el árbol de Navidad”, dice Tenorio. Esas mismas señoras son empresarias o altas ejecutivas y, además de comprar también la decoración de la oficina, con su voz a voz van acercando a sus amigas y a su círculo social a su tienda. Pero también da importancia de vender por volumen, esos pequeños accesorios que de poco en poco van sumando. Por ejemplo, solo en Pincaso Royal, la segunda tienda de esta marca, la fuerza de ventas es de 27 personas, dice la administradora Myriam Quintero, y destaca que les ayuda que “tenemos precios desde $1000 hasta $14.000.000”.Un factor que mueve el negocio es que la decoración ya no es “solo un moño rojo y verde. Hoy es un asunto de tendencias, con multiplicidad de propuestas y la gente quiere estar a tono con la línea dorada o la línea plateada, la fucsia, la azul, la rosada o la verde limón, que están en furor esta temporada”, dice Tenorio. Otra tienda exclusiva que abrió hace nueve años en este corredor navideño es Oly. “La gente ha atendido muy bien en esta ubicación y en ventas nos ha ido de maravilla”, declara Paola Andrea Ceballos, administradora de esta sucursal, que lleva 28 años en el mercado. “El éxito de nuestra marca está en que manejamos productos importados de muy buena calidad, escogidos personalmente por la dueña, Olga Liliana Náder, quien es muy selectiva, así que esta sede es para que el público tenga un referente de Oly y vaya al almacén principal de la Avenida Sexta, más amplio y con el más completo surtido”, dice Paola.La administradora admite que han pensado en ampliar el local para la próxima temporada “porque la clientela lo pide” y añade que su fuerte son los adornos luminosos y con movimiento para exteriores y accesorios de cocina que nadie más tiene en vitrina.Por esa misma época Paola Guzmán abrió La Gran Bodega Navideña en 2003, cuando ella apenas tenía 19 años. Esta joven empresaria se muestra satisfecha con las ventas esta temporada comparadas con las de 2012 “que estuvo pesado, porque aún se sentía el efecto de las pirámides, pero en este 2013 la economía se reactivó”, dice. “Nos ha ido bien porque tenemos precios muy cómodos porque somos importadores directos, mi esposo, Gustavo Cuervo, vende al por mayor en el centro, y yo vendo al detal aquí”, dice.Esta profesional en mercadeo y negocios internacionales de la Universidad Autónoma de Occidente, comenta que su estrategia son las ventas por volumen, con accesorios bonitos, pero no tan costosos. “Mi negocio es atractivo para el estrato medio, a ellos me dirijo y me va bien, porque los del estrato alto compran dos o tres adornos caros, pero el estrato medio compra docenas de flores, follajes, muñecos, pines y pagan con tarjeta de crédito a 12, 15 o 18 cuotas; o sea que en la próxima Navidad no han acabado de pagar lo de ésta”. Entre sus clientes están quienes decoran la cuadra. “Ellos invierten más porque los estratos altos no pasan de iluminar su casa y no más”, dice Paola. Su estrategia de ventas es abrir en septiembre y poner en promoción toda la mercancía que guardó durante ocho meses. Ya en octubre va mezclando el surtido nuevo y los productos que funcionan en un año, los repite en el otro.La mayoría de los almacenes del sector cuentan con el valor agregado del decorador, que asesora a los clientes y les dice cuántas luces, flores o cinta, requieren para su adorno. Es el caso de Gerardo Benavides, con 40 años trabajando en decoración navideña. Aparte del salario que le paga La Gran Bodega Navideña, recibe para él $20.000 por la mano de obra de cada corona o arreglo que elabore en el almacén. A domicilio, el valor depende del estilo y del tiempo.Otra marca tradicional y ya posicionada desde hace 18 años en la Calle 5, es Burica. Fue el segundo en abrir almacén allí y como dice su coordinador, Andrés Giraldo, “nos gusta hacer parte de este grupo porque la competencia llama gente y ayuda mucho que haya muchas tiendas especializadas en una sola calle”.Su oferta está focalizada en decoración y accesorios, con productos importados y orientado desde el estrato 4 en adelante. Abrieron desde julio y les ha ido tan bien, que su fuerza de ventas solo en ese punto es de 3 decoradores especializados y 30 vendedoras con dominio del tema, pese a tener otros puntos de ventas en centros comerciales y en el barrio Alameda. El horario vendedorTodos coinciden en que las ventas aumentan los fines de semana, sobre todo de 4:00 p.m. hasta las 8:00 de la noche. “El sector se ha convertido hasta en un paseo familiar donde los padres traen a sus niños a mirar, recorren las tiendas y a veces ni compran, pero les llama la atención los objetos y las figuras grandes”, dice Myriam Quintero.La Casa Quinta Decoración abrió almacén hace ocho años y su administradora Carmenza López, sostiene que el sector mueve el negocio navideño en estos tres meses. “El lugar se va posicionando como el corredor navideño, ya está acreditado, pero no funciona sino en temporada; hemos intentado sostenerlo abierto el resto del año, pero ha sido imposible”, dice ella que se las ingenia con una decoración temática cada año y productos exclusivos para todos los estratos como atractivo con el que capta clientes.Nuevos almacenes como Navi Christmas, un fabricante de árboles y bases para guirnaldas, arreglos y coronas, abrió hace seis años en la Calle 5a. “Vinimos porque este es el sector de la Navidad y uno tiende a ubicarse donde está el movimiento”, dice Rubiela Ramírez, administradora, mientras destaca que la mayor ganancia es que son generadores de un número importante de empleos.La mujer, que elabora arreglos de mesa y guirnaldas, dice que quienes piensan que ésto solo se mueve estos tres meses, se equivocan. “Los dueños del negocio ya están de viaje en el exterior mirando las ferias de Navidad y comprando los productos que van a traer en la próxima temporada”. Igual piensa Gladys Correa, de Navilandia, fábrica que nunca cierra en el año y en abril ya hace su exhibición o ‘show room’ para mayoristas. Dekorar, almacén del centro, llegó por primera vez este año a la Calle 5a. “Aquí nos ha ido muy bien porque hay más seguridad, pese a que fue idea de última hora (abrió en octubre)”, dice Washington Bravo. Si él, minorista en su primera temporada en la Calle 5a., en un día de fin de semana puede vender de 5 a 7 millones, reitera que el negocio ahí se mueve porque el sector es muy comercial. La Navidad es un sentimiento universal que mueve los corazones, pero también las cajas registradoras que hacen su agosto en diciembre.

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