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Cuatro vías principales de Cali, convertidas por los conductores en pistas de velocidad

En la vía Cali-Jamundí son sancionados entre 60 y 70 conductores en dos horas. Conozca otros tramos peligrosos que ponen en riesgo a los caleños a diario.

24 de septiembre de 2012 Por: Luiyith Melo García | El País

En la vía Cali-Jamundí son sancionados entre 60 y 70 conductores en dos horas. Conozca otros tramos peligrosos que ponen en riesgo a los caleños a diario.

Alberto sabía de la cámara de fotomultas que había en la Pasoancho con Carrera 66. Por eso aceleró su automóvil al aproximarse a esa intersección porque sabía que el semáforo ya iba a cambiar a rojo. Alberto (prefiere reservar su apellido) pasó a tiempo, pero no pudo evitar que días después a su casa le llegara una notificación de una multa de tránsito.“Su vehículo fue detectado mediante el uso de medios electrónicos en la comisión de una infracción de tránsito, información que se acredita en el anexo”, empezaba diciendo la notificación.En un segundo oficio aparecían dos fotos de su vehículo: una en primer plano para identificar la placa y otra en plano general cruzando la intersección. “Código de la sanción C29, conducir un vehículo a velocidad mayor a la permitida. Valor de la multa, 15 salarios mínimos diarios legales vigentes”, decía la notificación del comparendo. Alberto pasó a más de 80 kilómetros cuando la velocidad permitida eran 60. Esta es una costumbre generalizada en los conductores y resulta que cuando hay un semáforo siempre hay que disminuir la velocidad para pasar, así esté en verde, explicó Adalbert Clavijo, jefe del cuerpo de agentes de Tránsito.En la vía Cali-Jamundí son sancionados por exceso de velocidad entre 60 y 70 conductores en un operativo de apenas dos horas. Olga Briceño, coordinadora del grupo de guardas que realizan este tipo de operativos, indicó que por allí se sorprenden conductores a 140 kilómetros por hora, cuando no deben sobrepasar los 80 kilómetros. Y justamente frente al Cementerio Metropolitano del Sur se debe bajar la velocidad a 60 kilómetros. Así está demarcado en esa zona.Briceño cuenta que en los últimos días pasó un BMW a más de 120 kilómetros por ese sector y no se quiso detener. Los agentes de Tránsito que estaban más adelante lograron hacerlo parar. El conductor dijo que se dirigía al sepelio de su padre y que iba a llegar tarde, ya eran las 4:00 p.m. Considerando la situación, la agente de Tránsito le pidió a un guarda que lo acompañara al cementerio y le entregara los documentos allá, si eso era cierto.Una vez adentro, el joven se voló en el carro. Pero un rato después regresó al sitio del operativo por sus documentos y reconoció que había mentido y que iba de afán. Clavijo señala que el corredor donde más se exceden los límites de velocidad es en la vía Cali-Jamundí. En esa carretera, frente al Cementerio Metropolitano del Sur, los radares del Tránsito detectan con frecuencia buses de servicio intermunicipal corriendo a 120 kilómetros por hora hasta con 50 pasajeros abordo.Otro corredor donde se exceden a menudo los límites de velocidad es la Avenida Cañasgordas entre la Carrera 100 y Alfaguara. Los guardas han puesto un radar a la altura de la Carrera 125 (cancha de La Candela), donde han sorprendido a conductores a 140 kilómetros de velocidad. “Uno ve en la cámara esos carros que vienen casi en el aire”, dice la agente.Dentro de la ciudad hay dos corredores donde los conductores están corriendo más que en cualquier otra parte. Uno es la Autopista Sur entre la Avenida Guadalupe (Carrera 56) y la Carrera 44, un tramo de 600 metros donde el radar sorprende a conductores a más de cien kilómetros por hora. En la Autopista Sur, ese es el sitio donde la velocidad alcanza su punto más alto. Pero todo el corredor vial entre la Guadalupe y la Transversal 29 es una verdadera pista de carreras para muchos conductores.Clavijo advierte que un sitio que el Tránsito está valorando actualmente es la intersección de la Calle 70 con Carrera 8, donde se construyó una megaobra de varios puentes vehiculares. Ese paso quedó muy rápido de Sur a Norte.Antes de la Carrera 8, el último semáforo que hay está frente a Villa del Lago, casi dos kilómetros atrás. Tras arrancar de este semáforo se pasa por el Puente de los Mil Días, se baja como por un tobogán a la Calle 70 y se cae más adelante al nuevo puente sobre la Carrera Octava, sin ningún obstáculo de por medio. En ese tramo ya se han sorprendido vehículos ‘volando’ a 120 kilómetros por hora.Una costumbre de los conductores caleños es acelerar el vehículo cuando el semáforo está cambiando de verde a rojo para pasar rápido, como lo hizo Alberto en la Pasoancho con Carrera 66. Pero la instalación de cámaras (ver mapa) empezó a corregir esta práctica. La ley establece que cuando un vehículo llegue a un cruce semaforizado está obligado a cruzar a 30 kilómetros por hora. Clavijo advierte que en la práctica esto no se aplica debido a las congestiones que se ocasionarían circulando a esa baja velocidad. “Por eso se ha dado una especie de gabela a los conductores para que vayan hasta 60 kilómetros por hora”, anota.Pese a ello, muchos no respetan el límite de velocidad y cuando llegan a alguna de las intersecciones que tienen cámaras instaladas y el semáforo está cambiando, se escucha el chirrido de las llantas en el piso y si quedan en la cebra o no pueden frenar a tiempo por ir tan rápido, el sistema termina imponiéndoles una fotomulta.Los ‘fitipaldis’ de los busesPero no sólo conductores particulares andan en la ciudad como si fueran pilotos de Fórmula 1. También los de buses de servicio público son unos verdaderos ‘fitipaldis’ en las vías. Ernesto Molina, chofer de una buseta de Coomoepal, reconoce que la guerra del centavo lo obliga a correr, porque a menudo se ‘engancha’ con otros conductores, es decir, va muy cerca de otro bus compitiendo por llegarle primero a los pasajeros que esperan en la vía. Molina se detiene en cualquier parte de la vía porque ya no hay paraderos y los que existen no se respetan. “Cuando uno va ‘asado’ (colgado de tiempo y de plata) toca meterle la chancleta al carro pa’ alcanzar al otro y hacer lo de uno”, explica. Por eso, él y sus colegas no respetan señales de pare, se pasan semáforos en rojo y hasta hacen ‘bicicleta’, una maniobra peligrosa y frecuente entre ellos que consiste en evadir un semáforo o un cruce vial saliéndose de la vía por donde van y pasándose de forma irregular a la calle que cruza y tiene flujo vehicular en ese momento, con el fin de saltarse el semáforo y retomar su ruta más adelante.

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