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Conozca quién es el 'cirujano' de la representativa estatua de Cristo Rey

Wilmer Ramírez Escudero repara, a 26 metros de altura, la herida que un rayo le hizo a la escultura.

18 de enero de 2015 Por: Luz Jenny Aguirre | Editora de Entorno

Wilmer Ramírez Escudero repara, a 26 metros de altura, la herida que un rayo le hizo a la escultura.

Cristo Rey, descalabrado, como dirían los abuelos, lleva una semana en el quirófano. Hace meses tiene un foramen de dos metros cuadrados en la región frontal. Cuentan sus vecinos que fue un rayo el que le causó la herida. Incluso muestran fragmentos de concreto como prueba, luego vuelven y los acomodan en ese rincón del armario donde uno pone lo que no quiere que se le embolate. Lea también: Inician obras de recuperación del monumento a Cristo Rey El hecho es que de la noche a la mañana apareció rodeado de andamios por los cuatro costados. Y, aunque es bastante difícil verlo, un hombre trabaja literalmente metido en la herida del monumento, a 26 metros del suelo. El ‘cirujano’ se llama Wilmer Ramírez Escudero. Ronda los 50 años, los 1,70 metros de estatura, es gordito y caleño con hablado de paisa por sus raíces cairenses. El viernes pasado subió por tercera vez a la cabeza de la estatua. Se puso casco, arnés y ganchos para irse agarrando paso a paso de los andamios y en cuestión de ocho minutos estuvo en la punta. A comienzos de semana trabajó en una especie de esqueleto hecho con 30 varillas de diferentes tamaños. Jhon, su coequipero, se las iba mandando con un sistema de polea y él armó allá arriba la forma del cráneo. “Hay que perforar con taladro y usar una resina especial para fijarlo al concreto viejo, que es muy fino”, dice, haciéndolo sonar muy sencillo. En esto se demoró dos mañanas, porque debido a los fuertes vientos después de las 2:00 p.m. no es recomendable andar a esas alturas. Después vino la espera. Días de lluvia impidieron el ascenso y empaparon la cabeza, que tiene que estar completamente seca para poder aplicar el concreto.Pero el sol volvió a salir y a la testa del Cristo fue a dar este hombre que cuenta que a los ocho años empezó a hacer sus primeras figuras de arcilla. El camino andado antes de repararle el daño a la escultura que abraza a Cali ha incluido restauración de cúpulas de iglesias tras el terremoto de Popayán, restauración de la Cuádriga Romana que está en el Obelisco, apoyo en las obras de Jovita y las gatas del río y trabajos en construcción de edificaciones. El llenado de concreto, tarea siguiente, le llevaría un número no establecido de subidas de cuñete enviado por polea. Joaquín Oramas, arquitecto de la Corporación para la Recreación Popular, que tiene a cargo el mirador, calcula que serán necesarios 1,2 metros cuadrados de material para llenar el hueco. Eso se hace despacio, explica el Ramírez Escudero, con mañita, para poder ir dándole la forma. Que susto y vértigo no le dan, dice él. Que su preocupación real es respetar la escultura original y dejarla como estaba. ¿Que si se ha caído haciendo alguno de estos trabajos en altura? Vea usted que no, responde. “Uno ya está acostumbrado. Para este trabajo tuve que tomar un entrenamiento especial en el Sena para ajustarme a los protocolos de seguridad”.Pero como en toda historia no falta la paradoja, Wilmer confiesa que el año pasado tuvo un “pequeño accidente” en el que se quebró el calcáneo (en el talón). Lo que reparaba en aquel momento en el que se cayó de una altura de dos pisos era una teja de su casa.Fueron meses de incapacidad, pero, moviendo los pies en un sutil bailecito, dice que ya está perfecto.De todos modos en su ascenso lo acompaña una manilla conformada por múltiples imágenes de la Virgen en sus diferentes advocaciones: la Milagrosa, la del Carmen, la de Fátima. Todas han subido con él al Cristo hecho por los hermanos Alideo y Adelindo Tazzioli hace 60 años.Al ‘escultor’, como le dicen sus vecinos en Mariano Ramos, le tocará forrar con plástico el boquete en reparación si es que la lluvia vuelve a amagar con aparecer y el concreto no se ha secado totalmente. Como esa, allá en lo alto hay muchas cosas que se le escapan a la agenda de lo que tiene planeado. La mañana del viernes, por ejemplo, una nube de insectos lo acompañó, haciendo un poco más incómoda su tarea. La fase final serán el modelado, la aplicación del estuco acrílico y la pintura. El pedazo que le falta a la estatua tiene una parte de frente y otra de cabello. A mano, con espátula y platacho (palustre de madera) deberá encontrar la forma de que el monumental Jesús luzca como si nada le hubiera pasado.Cuando esto esté listo, en fecha que no se sabe porque todo depende del comportamiento del clima, la escultura deberá ser pintada totalmente de nuevo, para borrar las marcas del concreto que se haya escurrido, explica el arquitecto Oramas.La misión quedará concluida cuando también se acabe con la instalación de un ‘atraparrayos’ que va a quedar muy cerca de allí. Quedará a 36 metros de altura y protegerá no solo a la escultura sino lo que esté en un radio de 200 metros.Podría decirse que con estos trabajos Cristo Rey quedará listo para que la Corporación para la Recreación Popular ejecute el plan que ha anunciado para recuperar este mirador, que cada año es visitado por cerca de 300.000 personas. Pero para ser exactos le queda faltando que le vuelvan a hacer la uña ausente del índice izquierdo. Un grito bien dado desde abajo alcanza a llamar la atención de Wilmar, que está en la cúspide. Se asoma por un lado y se ve sobre aquella estructura como un muñequito que agita la mano y se despide.Una pareja de alemanes que vive en Bogotá y que vino a Cali con motivo del Mundial de Ciclismo de Pista, aprovechó el viaje para conocer sitios turísticos de la ciudad. Al verlo diciendo adiós, ella esculca en su maletín y en un español accidentado le dice a su compañero: -“No sé tú que opines, pero este señor merece que le tome una foto”.

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