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Así es el noticiero para personas con discapacidad auditiva en Cali

Todos los miércoles, en el Centro Cultural Comfandi, las personas sordas de la ciudad se reúnen para que la intérprete de señas Ana María Gallardo les cuente las noticias de la semana. Es su única manera de enterarse de lo que en realidad sucede en el mundo.

4 de abril de 2016 Por: Santiago Cruz Hoyos | El País.

Todos los miércoles, en el Centro Cultural Comfandi, las personas sordas de la ciudad se reúnen para que la intérprete de señas Ana María Gallardo les cuente las noticias de la semana. Es su única manera de enterarse de lo que en realidad sucede en el mundo.

El primer idioma de los sordos es el lenguaje de señas; el segundo, por lo menos en Cali, es el español. Sin embargo hay que tener en cuenta un dato importante: como su primer idioma es limitado, no está equiparado con el español -  hay miles de palabras como ‘percance’ para las que aún no hay señas  – a los sordos se les dificulta leer un periódico o incluso ver los noticieros que incluyen subtítulos en sus informes. 

Seguro identifican algunas palabras, y a partir de ellas y de las imágenes intentan comprender lo que está pasando en el mundo, pero generalmente lo que imaginan es muy distinto a lo que en realidad sucede.

-       Es como si tú supieras a la perfección el español, y algunas palabras de inglés. Un inglés básico. Si te pasan una novela o un artículo en ese idioma no podrías comprenderlos, dice Ana María Gallardo.

Ana María es intérprete de señas y también, a su manera, ‘periodista’ o por lo menos ‘presentadora de noticias’ para sordos. Cada miércoles en la tarde, de 3:00 p.m. a 5:00 p.m, se reúne con ellos en el quinto piso del Centro Cultural Comfandi, Sala Consentidos, para contarles las noticias más importantes de la semana.

Ana María utiliza un video beam para proyectar en una pared la noticia mientras su esposo, José Joaquín Plata, un voluntario que nunca falta a la jornada, lee en voz alta mientras  ella lo traduce todo al lenguaje de señas.   En esta ocasión la noticia es la banda Los Pluto, desarticulada por la Policía,  y el asesinato de un niño sordo en el barrio Charco Azul.

El periodista que cubrió aquel suceso escribió en el titular  ‘En Charco Azul mataron a ‘El mudito’’ – así le decían al niño en la calle -  y los sordos lo advierten: ellos no son mudos. Así no se entiendan, puede emitir sonidos, incluso palabras. Llamarlos mudos es irrespetarlos y por eso le piden a Ana María que el reportero que los visita lo tenga muy claro.

 Ella, con señas y con palabras, por supuesto,  aclara el tema. Desde niña ha sido una especie conexión entre los sordos y los oyentes. Sus padres eran sordos, así que el primer idioma que aprendió fue el de señas. Incluso se le dificultó aprender a hablar, por lo que sus padres la llevaron a terapia de lenguaje y tal vez esa es la razón por la que hoy,  dice ella, habla hasta por los codos. La dicción de Ana María es perfecta, efectivamente como la de una presentadora de noticias.

-       La principal dificultad de las personas sordas es  el acceso a la información. Todo nos llega por los oídos; a ellos no. Imagínate que tuvieras que ver el noticiero en un televisor sin volumen. Te supones algo, pero no llegas a saber lo que está pasando. Lo que intentamos aquí es que  entiendan qué está pasando.  

La falta de información hace que las personas sordas sean vulnerables. En este momento miran  con los ojos muy abiertos, la mano sobre la boca,  sorprendidos.  Ana María proyecta un video del noticiero  90 Minutos en el que se explica cómo funcionan las fronteras invisibles en algunos sectores de Potrerogrande, aquel barrio del oriente de Cali.

El periodista del video informa que a veces, para delimitar una frontera, pintan grafitis en muros o  amarran zapatos viejos a los postes de la energía. Después el reportero se para en el separador de una avenida para explicar que esa línea de cemento es la que divide una zona de otra. Quien la trasgreda, quien pase la avenida sin autorización del sector opuesto, puede ser asesinado.

Alejandra Solarte se toca la sien una y otra vez, cómo diciendo: ¿por qué demonios pasa eso? ¿Cómo entender que por pasar una calle alguien te quiera matar? Enseguida pregunta si acaso hay un mapa que ellos, los sordos, puedan utilizar para saber en qué zonas de Cali hay fronteras invisibles y en dónde no. Luce angustiada. 

Ser sordo es algo muy similar a permanecer encerrado. Como esos hombres y mujeres que decidieron encerrarse en sus sótanos durante años sin saber que la guerra ya había acabado. Solo que en este caso no lo decidieron. Cuando salen, el mundo es completamente nuevo.  Ana María es la llave de acceso de los sordos al mundo exterior, y a veces las sorpresas que se llevan no son tan desagradables como las fronteras invisibles.

En una ocasión les habló de una exposición sobre José Celestino Mutis, que además de sacerdote fue matemático, médico, docente y botánico. La exposición era justamente sobre plantas. Las personas sordas que la escucharon quedaron tan maravilladas  por las propiedades que existen en las plantas, que al siguiente día llegaron donde Ana María con matas. Querían saber más: cómo se llamaba esta y la otra, para qué servían.

En otra ocasión Ana María les contó la historia de Romeo y Julieta, sin imaginar lo que iba a suceder: muchos se pusieron a llorar. ¿Por qué se tenían que suicidar los amantes, por qué?, le preguntaban. Era la primera vez que alguien les contaba esa historia universal.

-       Es muy bonito trabajar con ellos. Están ansiosos de conocer.  Con todo lo que tú les ofreces, les cuentas, se maravillan. 

 Si en las tardes de los miércoles solo se tratan dos noticias es porque cada una hay que explicarla en profundidad. El asesinato del niño sordo se debió al parecer por haber pasado una frontera invisible y para que lo entiendan hay que explicar primero qué es una frontera invisible. 

En la otra noticia, la desarticulación de la banda Los Pluto, se empieza por eso, por explicar qué es desarticular – se trabaja el vocabulario -  o qué significa hurto calificado, y cuántos años de cárcel tiene ese delito, o las diferencias con el hurto simple.

También se muestran los videos de los noticieros para explicarles cómo operan esas bandas, y en medio de todo eso ellos participan, pasan al frente para contar que cuando los roban  se les hace tan difícil poner un denuncio porque en la Policía no hay intérprete de señas, o por lo menos muy pocos. Entonces a veces prefieren no denunciar nada.

No es su único problema, claro. En la mayoría de iglesias tampoco hay intérprete de señas, así que acuden a las pocas donde sí los hay: Testigos de Jehová, una que otra iglesia cristiana. 

Además los sordos tienen pocas opciones de acceder a la educación superior, por lo que también se les dificulta obtener un empleo. Algunos pese a todo son diseñadores gráficos por ejemplo, pero rara vez los contratan. 

Si el  acceso a la información es uno de sus grandes problemas, el otro son las barreras actitudinales de algunos oyentes, dice Ana María. Como no conocen de qué se trata la discapacidad, hay quien confunde a los sordos con personas  con retraso mental. Y su capacidad cognitiva es como la de cualquier persona promedio, o incluso puede llegar a ser superior.

Así que cuando les explican un  tema en su idioma natural, el lenguaje de señas, lo entienden a la perfección. Como que nos pasaran un texto en español después de habérnoslo suministrado en mandarín.

La noticia que trataron hace un par semanas de hecho fue la supuesta red de prostitución que existe en la Policía, la Comunidad del Anillo. Ana María hizo la seña de un anillo mientras ellos la miraban aterrados ante tal escándalo. 

Enseguida les tradujo la noticia  sobre un pastor que, mientras en la iglesia sus feligreses alababan a Dios, él permanecía en su oficina teniendo relaciones sexuales con varias mujeres. El pastor les decía que para salvarse, debían “beber del néctar bendito”. ¿Cómo explicarles eso? En el lenguaje de señas no hay doble sentido, no hay manera de matizar las cosas. Una seña indica una palabra y punto. El mundo de los sordos es literal. Al pan pan, al vino vino, al semen semen. Cuando Ana María  les explicó literalmente a qué se refería el pastor con el néctar bendito, todos hicieron cara de asco. 

Ahora en cambio están asustados con los métodos que utilizaba la banda de  Los Pluto para robar en la calle. Estar desinformados  los hace más vulnerables antes los ladrones. Deben saber que para marcar a sus víctimas   algunos delincuentes caminan junto a ella con un paraguas abierto en señal de que lleva un gran botín.  

Quizá por eso la mayoría de noticias que le solicitan a Ana María tienen que ver con orden público. También con política. El tema que le solicitan para  la próxima semana los inquieta: ¿Por qué en marzo no se  firmó la paz con las Farc?

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