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Aplicarse inyecciones en droguerías: vea porqué es una costumbre riesgosa en Cali
Parálisis nerviosas, hematomas y complicaciones que requieren atención médica, son algunos de los casos que se han registrado en Cali. Autoridades recomiendan denunciar.
“Me la aplicaron y sentí un dolor fuerte en la pierna izquierda. No podía caminar”. Así inició la historia de Karen Potosí, quien se acercó a una droguería en el barrio Decepaz para aplicarse la inyección de planificar.
“Al otro día fui donde el médico de la empresa y le manifesté mi incomodidad. Él me presionó el punto donde me habían inyectado y resultó ser que el líquido me había rozado el nervio ciático. Me dijeron que eso iba a durarme seis meses. Yo no presenté demandas ni nada, ya estoy mejor, pero no pude caminar por varios días”, relató Karen sobre lo sucedido.
Como Karen, muchas personas recurren a las farmacias y a la automedicación como una salida rápida a su dolor o enfermedad, mientras que al asistir a una EPS pueden tomarse más tiempo.
Inyectarse en una farmacia o droguería para una solución rápida al dolor y la enfermedad es una práctica común entre varios caleños, pero también es muy riesgosa.
De hecho, este año han muerto tres personas en Cali por afectaciones generadas de la inyección de sustancias desconocidas en establecimientos clandestinos y casas (estos casos están más relacionados con procedimientos estéticos irregulares).
Entre las razones más comunes por las que las personas se acercan a las farmacias están las migrañas, métodos de planificación, dolores musculares, procedimientos estéticos o para aliviar los síntomas de gripa con la famosa ‘bomba’.
Soluciones rápidas pero que traen sus riesgos y consecuencias. Como también fue el caso de Valentina Alzate, de 22 años, que se dirigió a una droguería en el barrio Los Álamos para aplicarse la inyección de planificación. Sintió más dolor que nunca y en el resto del día no pudo caminar. Le habían inyectado en el lugar equivocado del glúteo.
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Karen y Valentina representan los casos que no han sufrido consecuencias irreversibles.
Nelcida Blanco, enfermera retirada del Hospital Universitario del Valle, con 25 años en el oficio, explicó los riesgos a los que se enfrenta el paciente. “Primero, la administración de la droga debe ser por la vía correcta. Si en vez de intramuscular la ponen vía subcutánea puede producir endurecimiento, enrojecimiento e inflamación que si no se controla, ocasiona una infección”.
Otro riesgo se corre si la persona no tiene conocimiento de anatomía. “Si no pone la inyección intramuscular bien, por ejemplo a nivel de glúteos puede lesionar el nervio ciático, y posiblemente producir una parálisis de la pierna.” explicó.
En el Decreto 2200 del 2005 se determina que los establecimientos farmacéuticos no podrán administrar medicamentos por vía intravenosa.
¿Y su orden médica?
De acuerdo con el Decreto 2200 del Ministerio de Salud que regula las actividades y procesos del servicio farmacéutico, la prescripción médica “solo podrá hacerse por personal de salud debidamente autorizado de acuerdo con su competencia”.
Una inyección debe ser por orden médica y aplicada por un técnico, auxiliar o un profesional de enfermería que tenga experiencia. Es necesario que este verifique la dosis, la dilusión que ordena el médico y la vía de administración: intramuscular, subcutánea o endovenosa. Lo más importante del procedimiento es realizarlo con una técnica ascéptica para evitar infecciones.
Los farmacéuticos o auxiliares de farmacia no están capacitados para formular medicamentos. Pero en Colombia muchos de estos son de venta libre, por lo que llevar una receta médica deja de ser un requisito.
Heiler Hoyos, médico general, explica que “hay personas que van normalmente con una infección viral y solicitan que les apliquen la ‘bomba’, que es un coctel o fusión de medicamentos, antiestamínicos y analgésicos que le administran al paciente sin ninguna fórmula”.
“El riesgo es que el cuerpo del paciente rechace estos medicamentos y pueda tener un paro cardíaco o una alergia”, completó Heiler.
Por suerte para Óscar Iván Ordóñez Valencia, de 26 años, sus consecuencias no pasaron de un morado. “Sucede que tuve una gripa hace dos meses más o menos, entonces acudí a la droguería y la solución fue la tal ‘bomba’, pues sí me quitó el virus, pero me quedó un leve dolorcito en la parte de la inyección al cual no le presté atención. A los tres días me miré, porque el dolor no se iba y tenía un morado del grande de una moneda de mil, y pues hasta ahora tengo un pequeñito morado ahí”.
Similar fue el caso de Vanessa Romero de 21 años, quien recurrió también a una farmacia del barrio Los Álamos por un espasmo muscular. “Fui a una droguería para que me inyectaran un diclofenaco intramuscular y la farmaceuta inyectó el líquido demasiado rápido y no aspiró la jeringa. El líquido no se absorbió bien y me salió un hematoma tras perforarme un vasito sanguíneo”.
Vanessa duró un mes con el ‘morado’ y la inflamación. Nunca visitó a un médico.
La Secretaría de Salud realiza entre tres y cuatro visitas de control al año a las farmacias legalmente establecidas para
revisar sus condiciones y su servicio.
El papel de la Secretaría de Salud
El secretario de Salud, Alexánder Durán Peñafiel, se refirió a estos temas que pueden general un problema de salud pública.
“Nosotros visitamos todas las farmacias formalmente establecidas tres o cuatro veces al año. Revisamos las condiciones sanitarias, los equipos, que no tengan implementos que no están habilitados para prestar servicios en el lugar. Se hace una inspección a los medicamentos. Todo lo que tiene que ver con idoneidad, registro Invima y sus papeles en regla”.
Invitó a que los ciudadanos denuncien cuando se ven afectados por este tipo de acciones para que las autoridades puedan regular a los establecimientos que prestan servicios de inyectología irregular.
Tenga en cuenta
Frente a alguna molestia siempre debe asistir al médico y evitar automedicarse. No se tome la salud ‘deportivamente’.
En caso de que se vaya a hacer inyectar por fuera de un centro hospitalario, revise que el sitio presente registro Invima y la persona esté capacitada legalmente para realizar el procedimiento.
Los establecimientos deberán contar y cumplir con normas sobre limpieza y desinfección de áreas, bioseguridad, manejo de residuos y manual de procedimientos técnicos.
En el 2018 en Cali, según la Secretaría de Salud, tres personas han perdido la vida por recurrir a servicios de inyectología de sustancias desconocidas.