Desde el pasado 19 de julio, en el municipio de Restrepo, Valle, mientras se realizaban las tradicionales fiestas de la Virgen, se perdió por completo el rastro de dos mujeres.
Se trata de Mayra Alejandra Motato y Yurani Andrea Torres, dos mujeres de 30 y 21 años, cuyo último rastro fue en un establecimiento comercial en pleno centro del municipio.
Pasado un mes de desconocer algún paradero de estas dos mujeres, la comunidad de Restrepo alza la voz para clamar sobre alguna información que permita detallar qué pasó con Mayra y Yurani y conocer por qué no regresaron a sus hogares.
Según manifestó Claudia Patricia García, secretaria de Gobierno de Restrepo: “Nosotros supimos de los hechos casi ocho días después de su desaparición, porque la familia de estas mujeres estaba esperando alguna noticia. Tan pronto tuvimos la información, activamos las rutas de apoyo y el acompañamiento para informar a las instituciones y entidades correspondientes".
En Restrepo, la comunidad llevó a cabo una marcha en la que exigen que se conozca el paradero de las dos mujeres. Esta manifestación se suma a los plantones que realizaron recientemente familiares de la doctora Daniela Hernández en Sevilla y de Esperanza Muñoz en Cali.
Nueva desaparición en La Cumbre
Un total misterio es el que rodea la desaparición de Esperanza Muñoz Arteaga, una mujer de 66 años de edad, de la que no se sabe nada desde el pasado 30 de julio de 2025.
Ese día, la mujer se encontraba mostrando una finca de alquiler en la Cumbre, Valle del Cauca, a dos hombres que previamente la habían llamado para solicitarle una cita y conocer el lugar. Tras el recorrido, los sujetos al parecer se ofrecieron a trasladarla hasta Cali, a lo cual Esperanza accedió.
De la finca salió vestida con una blusa azul oscura con dibujos de globos blancos, pantalón negro, un bolso gris y suecos cafés. Antes de salir, sus familiares se percataron de tomar las placas del vehículo por precaución, pero lo que nunca imaginaron es que desde ese momento empezarían a vivir un verdadero calvario.
Al caer la noche, los allegados no sabían nada de la mujer, por lo que empezaron a buscarla sin descanso. Al no encontrarla decidieron buscar las placas del vehículo y tras mucho investigar lograron hallar a la propietaria del automóvil, la cual les indicó que era un carro de alquiler, y que no conocía a quien lo tenía en ese momento.
Una persona sirvió como intermediaria con el conductor y fue allí donde él mismo les contó que Esperanza Muñoz Arteaga se había bajado en la Tercera Norte y aseguró que luego subió a otro vehículo.
Hasta el momento su familia solo ha recibido llamadas extorsivas. Temen por la salud de la mujer, ya que Muñoz Arteaga debe recibir medicina diaria debido a los dolores crónicos que padece.