En medio del revuelo que ha rodeado la liberación de Lyan José Hortúa, el niño de 11 años secuestrado por hombres armados en Jamundí, Valle del Cauca, un detalle aparentemente menor se convirtió en motivo de curiosidad y debate en redes sociales: ¿por qué su madre, Angie Bonilla, se hace llamar ‘Barbie Vanessa’?

La mujer, que tiene más de 150 mil seguidores en plataformas como Instagram y TikTok, había desaparecido del radar digital tras el rescate de su hijo, en medio de versiones que la vinculan con una red de narcotráfico y una supuesta deuda millonaria con alias Diego Rastrojo, capo de los Rastrojos hoy preso en Estados Unidos.

La historia detrás del secuestro ha despertado muchas especulaciones. | Foto: Semana

Sin embargo, en los últimos días reapareció para aclarar, con tono íntimo y emotivo, el origen de su apodo.

“Esto no tiene nada que ver con cuerpo o cara. Eso solo es un estereotipo de persona”, dice Bonilla en un video que se ha viralizado en TikTok, acumulando más de 19 mil ‘me gusta’.

En el clip, asegura que el apodo ‘Barbie’ tiene raíces profundamente personales, ligadas a su infancia. “Mi mamá me decía mi Barbie negra y, por ende, mi primo me empezó a decir Barbie, y así mismo empezaron todos”, explicó.

Vanessa, su segundo nombre, completa el apodo con el que es conocida en redes sociales, y que muchos asociaban erróneamente con un intento por parecerse a la famosa muñeca rubia.

“No tiene nada que ver porque me crea o piense que me parezco una Barbie, no, mis amores. Simplemente me apasiona el color rosa, pero no tiene que ver con que yo piense o me crea como una de ellas”, concluye.

En la imagen: Angie Bonilla junto a su esposo Jorsuar Suárez, propietario de 'Jorsuar Joyeros', y el dije que le hicieron al jugador Jhon Jáder Durán. | Foto: Tomadas de la cuenta en Instagram: jorsuarjoyeros_luxury_

Un caso mediático

El caso de Lyan Hortúa ha generado conmoción nacional no solo por la violencia con la que fue secuestrado —hombres armados entraron a su casa y lo sacaron a la fuerza— sino por lo que, según las investigaciones, hay detrás: una disputa por dinero y poder entre figuras del narcotráfico.

Inicialmente, las autoridades señalaron como responsables a disidentes del frente ‘Jaime Martínez’ de las Farc, bajo el mando de alias Marlon. Pero con el paso de los días, surgió una versión más compleja.

Jorsuar Suárez y Angie Bonilla, padres de Lyan, señalaron que no hubo apoyo de las autoridades y que los dejaron solos.

De acuerdo con fuentes de la Fiscalía y la Policía, detrás del secuestro estaría 'Diego Rastrojo’, un exjefe paramilitar extraditado a Estados Unidos, quien reclama una deuda de más de 37.000 millones de pesos.

Bonilla, según versiones en medios, habría sido pareja de alias Mascota, integrante de los Rastrojos, y presuntamente figura como testaferro de bienes inmuebles que ahora estarían en disputa.

El pago de 4.000 millones que habría hecho su familia para liberar a Lyan sería apenas una fracción de la suma que exige el capo desde prisión.