En un operativo simultáneo realizado el pasado 8 de julio, las policías de España, Italia y Albania, con el apoyo de la Europol, lograron la captura de 28 ciudadanos italianos y albaneses que hacían parte de la temida organización criminal Ndrangheta, originaria de la región de Calabria, sur de Italia.
Gran parte de la droga era adquirida por esta estructura del crimen transnacional en los departamentos de Nariño, Cauca y Valle, y salía desde puertos ecuatorianos y colombianos hacia muelles en Italia, España, Francia y Países Bajos para ser llevada luego a Roma.
Lo llamativo de este caso es que buena parte de la operación logística de tráfico de drogas hacia Europa, era coordinada, según le confirmaron organismos de seguridad a El País, desde un apartamento en un edificio del barrio La Flora, en el norte de la capital del Valle.
El mismo lugar hasta donde hombres de la Policía Nacional llegaron el pasado 9 de agosto para capturar a Federico Starnone, alias Fedi, considerado uno de los principales capos de la Ndrangheta, una de las organizaciones criminales más poderosas y violentas de Europa.
Y aunque la noticia es tan llamativa como preocupante, la realidad es que Cali y el Valle del Cauca hace muchos años se convirtieron en epicentro logístico de las principales y más temidas estructuras del crimen internacional, de acuerdo con los expertos consultados.
También en el barrio El Limonar de Cali fue capturado en septiembre del 2023 Lirio Ajazi, ciudadano albanés quien enviaba cargamentos de cocaína y heroína hacia Europa, gracias al seguimiento que las autoridades hicieron a su compañera sentimental, una joven oriunda del municipio de Jamundí.
En esos mismos días fue capturado en el barrio El Cedro de Cali otro de los llamados ‘capos invisibles’ del narcotráfico: Jacek Dawid Semerga, ciudadano polaco quien permanecía en la capital del Valle desde el 2020 y junto al albanés Lirio Ajazi asistieron a la ‘cumbre de narcos’ que se realizó en septiembre del 2023 en Bogotá para cerrar varios negocios, ofrecer a los carteles formas de envíos seguros a Europa y planear la eliminación de algunos de los intermediarios en la cadena de suministro.
Un año atrás había sido capturado también en Cali el mexicano Brian Donaciano Olguín, del Cártel de Sinaloa, quien hace dos meses fue extraditado a los Estados Unidos, y en el aeropuerto de Rionegro (Antioquia), fue detenido Ángel Josué Velázquez, el ‘pagador’ del Cartel de Sinaloa y quien hizo giros millonarios en dólares entre 2021 y 2024 a estructuras del narcotráfico en Cali.
En uno de los casos más sonados, fue también asesinado en diciembre del 2024, en el barrio Granada de Cali, Antonio Benjamín Camacho, alias Ben 10, uno de los cabecillas de la banda criminal Chone Killers, considerado un grupo terrorista en Ecuador.
“Aquí han matado no solo a ecuatorianos, sino que también aquí han pasado Año Nuevo miembros del Primer Comando da Capital (PCC) brasileño; aquí hay ese tipo de movimientos y hay presencia de albaneses, italianos, mafia irlandesa, todo este tipo de situaciones que se combinan con los fenómenos que están pasando en Ecuador”, aseguró Willy Valdivia, director Ejecutivo de Orion Integrated Biosciences y especialista en inteligencia artificial aplicada a la defensa, la salud pública y la seguridad nacional.
“Ecuador va a ser central en este tema de Cali porque la base militar de Manta entra en operación en febrero del próximo año, pero ya hay presión sobre grupos criminales que se están desplazando hacia Tumaco y que tiene relaciones con gente del cartel del Norte del Valle. De hecho, ‘Fito’ (líder de la banda ecuatoriana de Los Choneros) se entrega luego de varias reuniones con un abogado de aquí del Valle que es especialista en narcotráfico”, agregó Valdivia.
Los nexos locales
Son varias razones por las que las principales estructuras del crimen internacional tienen alfiles en la capital del Valle y conexiones directas con las bandas delincuenciales y grupos armados en el departamento, pero la principal de todas es el narcotráfico. ¿Pero por qué Cali y el Valle?
De acuerdo con el docente y politólogo Miguel Yusti, lo atractivo de Cali es la tradición; “lo llamativo es que hay una serie de condiciones objetivas y subjetivas. Las objetivas, es que Cali es un gran lavadero de dinero y un sitio donde el desarrollo y la consolidación de liquidez del narcotráfico se volvieron un fenómeno cultural”.
“Otro fenómeno que es un punto de inflexión favorable al crimen organizado es la consolidación, desarrollo y empoderamiento de la republiqueta independiente del sector rural de Jamundí, el Naya y la cercanía con Buenaventura. Por eso confluyen los peruanos, los ecuatorianos porque hoy en día es más fácil sacar la droga por Ecuador, pero la circulación financiera se da en Cali”, agregó el analista Miguel Yusti
Agrega que: “San Andresito es un gran lavadero de plata y que le ha dado una característica especial a la ciudad. Igualmente, aquí hay una estructura demográfica que forma parte del corredor de Buenaventura y el distrito de Aguablanca a través del cual circula todo ese capital con características distintas a cuando la liquidez era controlada por el Cartel de Cali y por el cartel del norte del Valle”.
“Hoy día esa liquidez es controlada por distintas facciones del crimen organizado; además, y pese a las capturas, Cali sigue manteniendo una convivencia metafórica en el imaginario popular de una contemporización con el crimen. Son tres generaciones que se han criado y se han educado pensando en el crimen organizado como proyecto de vida”, señaló Yusti.
La posición geográfica de Cali, por la cercanía con los grandes centros de cultivo y cristalización de cocaína, sus vías y su proximidad al océano Pacífico son también condiciones ideales para que carteles internacionales quieran hacer presencia en al ciudad.
“El Pacífico tiene uno de los centros de producción más grandes de alcaloides, después del Catatumbo, y si hay producción hay negocio y si hay negocio, hay gente interesada en los distintos extremos de la cadena. Dos, la cercanía con Ecuador que facilita el intercambio de bienes, básicamente de armamentos y pertrechos, y tres, las rutas por el Pacífico son menos monitoreadas y tienen más facilidad de acceso”, señaló Jorge Luis Yarce Tamayo, docente de derecho de la Universidad Central de Bogotá.
“Además que el puerto de Buenaventura por encontrarse también rodeado de zonas de conflicto, hace más fácil el acceso a rutas fluviales contiguas de esos materiales que pueden llegar ahí de contrabando o inclusive llegar a puertos fluviales ilegales”, resaltó Yarce.
Lo más grave para la ciudad, coinciden los consultados, es que producto de toda esa actividad ilícita, las vendettas entre narcotraficantes no se saldan en sus países de origen sino en Cali y otros municipios del Valle como Buenaventura, donde los grandes aliados del crimen transnacional son Shottas y Espartanos.
“Uno ve que Trump se aterra por el índice de homicidios en Bogotá, que es 12 por cada cien mil habitantes y resulta que el de Cali es 50 por cada cien mil. Siendo Bogotá y Medellín sociedades criminales, tienen índices de homicidios menores que Cali”, concluye Miguel Yusti.