En lo profundo del Cauca, entre las verdes montañas que parecen no tener fin, Colombia guarda uno de sus tesoros arqueológicos más sorprendentes.

Y es que, muy lejos de lugares como el desierto del Sahara, donde se han encontrado la mayoría de los vestigios arqueológicos en la historia, existe un paisaje subterráneo que nada tiene que envidiarle a las necrópolis más imponentes del mundo antiguo: el Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1995.

Tierradentro, Inza, es uno de los lugares más enigmáticos en Colombia. | Foto: El País

Este territorio sagrado, ubicado en el municipio de Inzá, en el Cauca, es uno de los pocos lugares del continente donde se conservan tumbas excavadas directamente en la roca, construidos por sociedades prehispánicas que habitaron la región entre los siglos VI y X d.C.

A simple vista, el paisaje de Tierradentro es montañoso y resulta ser un lugar común para los locales, quienes viven rodeados de frondosas montañas. Sin embargo, bajo sus suelos se esconde un sistema funerario que dista mucho de lo convencional cuando de tumbas se trata.

Este lugar alcanza profundidades entre los 7 y 9 metros, con cámaras circulares que pueden superar los 12 metros de diámetro, y para ingresar a ellas, quien visite estos vestigios debe descender por escaleras talladas en piedra.

Tierradentro, Inza. Las tumbas fueron ocupadas por líderes de antiguas sociedades prehispánicas. | Foto: El País

Cada cámara presenta formas antropomorfas talladas en la roca, como si figuras humanas protegieran el descanso eterno de los difuntos.

Cabe decir que este parque arqueológico se encuentra bajo la administración del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), y además de Inzá, también toca municipios como Segovia, El Duende, San Andrés, El Tablón y El Aguacate, todos del Cauca.

Ahora bien, además de las tumbas, este enigmático lugar fascina a sus visitantes, también por su muralismo prehispánico, una manifestación artística que se conserva a pesar del paso de los siglos.

Las paredes están decoradas con patrones geométricos y figuras humanas y animales, en tonos rojos, negros y blancos, y las tumbas que están en este lugar, fueron utilizadas para entierros colectivos, probablemente de personas que pertenecieron a cargos jerárquicos en sus sociedades.

De hecho, en algunos hipogeos (tumbas) se encontraron cerámicas rituales, urnas y restos óseos cuidadosamente puestos en su lugar.

Ahora bien, quienes quieran llegar hasta este lugar, pueden llegar primero a Popayán, donde las personas podrán tomar en la terminal un bus o camioneta hacia Inzá o San Andrés de Pisimbalá (corregimiento donde están los hipogeos). La duración del viaje es de aproximadamente, 3 a 4 horas.