Hablar de la historia de Cali es recorrer sus calles y barrios más antiguos, muchos de los cuales aún conservan huellas de la época colonial. Desde finales del siglo XVIII, la ciudad comenzó a organizarse en pequeños sectores que, con el paso del tiempo, se transformaron en los barrios tradicionales que hoy son parte del centro histórico.
En 1787, Cali estaba conformada por Santa Rosa, San Nicolás, San Agustín, Plaza Mayor y La Merced. Dos décadas después, en 1808, se anexaron nuevos barrios como Buenavista, El Peñón y San Fernando. “Estos sectores marcaron el inicio de la expansión urbana y respondían a las necesidades sociales y comerciales de la época”, según relató un funcionario de la Dirección de Planeación.
La división política y administrativa de entonces quedó plasmada en la Cédula Real, que estableció cuatro cuarteles principales, Roldanillo, Riofrío y Yumbo; Jamundí, El Salado y Ciudad de Cali. Estos se ubicaban en los cuatro puntos cardinales y sirvieron como la primera forma de organización territorial.
“Durante aquellos años, la ciudad se dividía en dos zonas reconocidas por sus habitantes. Por un lado estaba el empedrado o altonazo, que correspondía a la parte alta, donde se encontraban barrios como La Merced y San Antonio. Por otro lado estaba el bayano o parte baja, en el que se destacaba el barrio San Nicolás, considerado uno de los más antiguos de la capital vallecaucana", agregó el funcionario.
Las calles de la ciudad también reflejaban esa organización temprana. Antes de que existiera una nomenclatura oficial, eran nombradas por costumbre popular. La Calle de Buenaventura, por ejemplo, hoy conocida como la Carrera 4, se llamaba así porque conducía al puerto del Pacífico. La actual Carrera 5 era la Calle del Comercio, epicentro de la actividad mercantil de los siglos XVIII y XIX.
En el barrio San Nicolás existía la Calle de los Caballos o Real, ubicada entre las calles 17 y 18, mientras que la Calle del General Cabal es la actual Calle 7. También la Calle del Puente, hoy Calle 12, fue reconocida por el comercio de inmigrantes libaneses. Estos nombres, que surgieron de la tradición oral, quedaron en la memoria de los habitantes y forman parte del patrimonio histórico de la ciudad.
Con la llegada del siglo XX, el crecimiento urbano impulsó al Concejo Municipal a reglamentar la nomenclatura oficial. Así surgieron denominaciones como la Avenida Rafael Uribe Uribe para la carrera 1 o la Avenida de Las Palmas, luego llamada Miguel López Muñoz, en homenaje al primer alcalde de Cali.
“Hoy, recorrer barrios como La Merced, Santa Rosa o San Nicolás es viajar al pasado de una ciudad que a principios del siglo XX apenas superaba los 20.000 habitantes. En sus calles aún se respira parte de la tradición que dio forma a la Sucursal del Cielo”, finalizó el funcionario, recordando cómo los primeros barrios y avenidas fueron testigos del nacimiento y la transformación de Cali.