Conocido por su biodiversidad, el Valle del Cauca, uno de los más ricos en materia paisajística del Pacífico colombiano, se ha convertido en un destino infaltable para aquellos que quieren vivir experiencias más cercanas con la naturaleza, en medio de paisajes que dejan sin aliento a quienes lo visitan por vez primera.

Entre las múltiples zonas de interés que presenta este departamento cuenta en su interior con varios pueblos cafeteros que se caracterizan por su dedicación a la siembra y producción de uno de los productos insignia de Colombia en el mundo, el café.

El café es un producto clave para la economía turística del municipio. | Foto: El País

En dichos lugares, la cultura se ha formado a partir de este grano, convirtiendo algunos de negocios en una parada imperdible en el que se unen el deleite con la oportunidad de conocer nuevas experiencias con la sabiduría local acerca de aquello que hace al café colombiano uno de los más apetecidos a nivel mundial.

La mayoría de estos lugares se ubican en la zona norte del departamento. Son 10 municipios cuyas áreas rurales están incluidas en el Paisaje Cultural Cafetero, declarado como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco en 2011. Se trata de Alcalá, Ansermanuevo, Caicedonia, El Águila, El Cairo, Riofrío, Sevilla, Trujillo, Argelia en su área de amortiguamiento y Ulloa.

Ubicado a tres horas y media de Cali y mucho más cerca de Pereira y Manizales, Ulloa se ha consolidado como uno de los destinos imperdibles en materia de turismo.

Conocido cariñosamente como “remanso de paz”, debido a la tranquilidad que se experimenta en medio de parajes naturales, Ulloa se destaca por su arquitectura de tipo colonial. Como en la mayoría de los pueblos, su plaza principal es considerado como el más importante atractivo, alrededor de la cual se encuentran ubicadas calles especialmente diseñadas en forma de cuadrícula, según el portal Live Valle del Cauca.

Su extensión de poco más de 42 kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en el municipio más pequeño del departamento. | Foto: Captura de pantalla tomada de Yt: Marcos Wiphala

También es considerado como el pueblo más pequeño del Valle del Cauca, un hecho que va de la mano de su naturaleza tranquila.

Además de sus atractivos, cuenta con una icónica obra de arte: se trata de una loma grabada y pintada con algunos de los símbolos más llamativos del municipios, entre los que están la iglesia hecha a base de ladrillos, un carro Willys, además de montañas cafeteras y un cielo azul que cubre todo.

Cuentan que su escultor, Germán Darío Serna, uno de los primeros extranjeros en llegar a esas tierras del Valle del Cauca, decidió quedarse para siempre una vez tocó los suelos del municipio por primera vez.