Fundado en 1971 por colonos antioqueños provenientes del Eje Cafetero, el municipio de Alcalá, ubicado en el nororiente del país es un referente en materia de turismo cafetero.
Según el portal Paisaje Cultural Cafetero, fue Sebastián de Marisancena uno de sus primeros pobladores, quien posteriormente cedió parte de sus tierras a los recién llegados al territorios. Tiempo después, el caserío que se formó como consecuencia de esto fue llamado como ‘Furatena’, para pasar a ser conocido como ‘La Balsa’.
Solo más de un siglo después, en 1919, este caserío se convirtió oficialmente en uno de los municipios del departamento.
Su población ha crecido desde entonces. Actualmente cuenta con una población cercana a los 25.000 habitantes, dedicados en mayor medida a actividades agrícolas, basadas en cultivos de café, plátano, cítricos y cultivo de tomate.
Además de esta, el turismo juega un papel clave en la región, un hecho que se beneficia del aprovechamiento de la riqueza natural y cultural del territorio.
Entre sus atractivos está el de ser atravesado por el río La Vieja, un afluente hídrico que lo conecta con el Quindío y que se ha convertido, en los últimos años, en una entrada turística a explorar, a partir de balsaje, una actividad que se realiza en embarcaciones tradicionales hechas a partir de guadua y que recorre paisajes cafeteros que dan cuenta de la riqueza en términos de biodiversidad en el Eje Cafetero.
Su trayecto inicia en Quimbaya, pasa por Quindío y finaliza en Moler, ubicado cerca de Alcalá, un paraje en medio de montañas, con cafetales y vegetación densa propia del sector.
Además, las características de este río ofrece a sus pobladores y visitantes la oportunidad de estar en zonas de camping y rutas de senderismo que conducen a otros parajes de interés, como las cascadas El Chontaduro y La Helena.
Junto al río La Vieja, la región es rica en afluentes, puesto que también están las quebradas Los Ángeles y San Felipe, que enriquecen el repertorio turístico del municipio. En estos parajes es común encontrar personas practicando actividades acuáticas, lo que saca a relucir los distintos paisajes naturales de este municipio del país.
Pero esto no es lo único. Al formar parte del Paisaje Cultural Cafetero, Alcalá ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2011, ya que es un lugar que está rodeado por cafetales, cañaduzales y montañas llenas de verdor. Esto lo ha convertido en un lugar clave para quienes buscan conocer de cerca el proceso del café.