En el corazón del barrio Mochuelo, en la localidad de Ciudad Bolívar, se encuentra el Parque Serafín, un cementerio que desafía las convenciones tradicionales. A simple vista, su arquitectura moderna, zonas verdes y bóvedas uniformes hacen que muchos lo confundan con una institución educativa.

Pero detrás de su diseño nórdico y su silencio ordenado, este camposanto revela una propuesta innovadora en el manejo de los servicios funerarios en Bogotá.

Este cementerio fue inaugurado en 2006, el Parque Serafín fue concebido como respuesta a la saturación del Cementerio Central Globo B y forma parte del Plan de Ordenamiento Territorial que busca transformar espacios públicos con enfoque de memoria y dignidad.

Su administración está a cargo de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), que desde enero de 2025 asumió la operación de los cementerios distritales.

Según explicó la administración, tiene como propósito evitar la proliferación de mosquitos y mantener la armonía visual del lugar. Las lápidas no registran las fechas de nacimiento y muerte, sino el inicio y fin del contrato de arrendamiento, que dura cuatro años.

Tras ese periodo, los cuerpos son exhumados, cremados y las cenizas entregadas a los familiares.

Este lugar fue concebido desde el año 2000 como un espacio paisajístico con arquitectura moderna que ofreciera amplias zonas verdes, plazoletas, parqueaderos, horno crematorio, capilla de servicios religiosos y zonas construidas. Los mausoleos son una mezcla arquitectónica de los países nórdicos y de los cementerios tradicionales católicos y cristianos.

Cabe mencionar que, durante la pandemia de COVID-19, el Parque Serafín se convirtió en epicentro de cremaciones en la ciudad.

Su horno crematorio, con capacidad para 18 cuerpos diarios, colapsó ante la demanda, obligando a instalar contenedores refrigerados para almacenar temporalmente los cadáveres

La capacidad de este cementerio es la siguiente: 3.500 bóvedas para adultos y 3.539 para párvulos, 2.664 osarios y 2.690 cenízaros, 3 salas de recepción de cuerpos, y 8 salas de velación en etapa de construcción; a corto plazo se proyecta implementar un moderno laboratorio de tanatopraxia y morgue.

Además, se proyecta la construcción de ocho salas de velación, un laboratorio de tanatopraxia y una morgue moderna, consolidando al Serafín como uno de los camposantos más avanzados del país.

El Parque Serafín representa una apuesta por la transformación urbana, la memoria colectiva y el respeto por los rituales de despedida en contextos cambiantes. Su diseño y políticas invitan a repensar cómo se vive el duelo en las ciudades contemporáneas.