a transición hacia la movilidad eléctrica en Colombia no se limita a los autos compactos o de entrada. Con la llegada de las nuevas versiones de la BYD Song Plus, la ingeniería aplicada a los sistemas híbridos y eléctricos muestra cómo el mercado local se convierte en laboratorio para tecnologías que ya compiten en autonomía, seguridad y conectividad con marcas globales.
Dos caminos, una misma plataforma
La primera apuesta es la Song Plus DM-i 1.5T, una SUV híbrida enchufable que combina un motor a gasolina de 1,5 litros turboalimentado con un motor eléctrico de 150 kW. Juntos alcanzan 261 caballos de potencia, suficientes para acelerar de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos. El sistema utiliza la arquitectura DM-i (“Dual Mode Intelligent”), que permite alternar entre propulsión eléctrica y térmica, optimizando el consumo y extendiendo la autonomía total a más de 1.100 km bajo ciclo NEDC.
La pieza central de este diseño es la batería Blade de litio-ferrofosfato, capaz de cargarse en 3,5 horas y ofrecer hasta 105 km de conducción totalmente eléctrica. Este tipo de batería se distingue por su seguridad y resistencia a condiciones extremas, además de su durabilidad frente a otros compuestos.
La alternativa 100% eléctrica
Por su parte, la nueva Song Plus EV elimina el motor de combustión y apuesta por un sistema de propulsión eléctrica pura. Su motor delantero entrega 214 caballos de potencia y 310 N·m de torque, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos. El paquete energético lo compone una batería Blade de 71,8 kWh, que asegura hasta 405 km de autonomía bajo ciclo WLTC.
En infraestructura de carga, la SUV admite corriente continua (DC) de hasta 115 kW, recuperando energía en cerca de una hora. En corriente alterna (AC), el tiempo estimado asciende a 13 horas, dependiendo de la red eléctrica disponible.
Seguridad como eje de desarrollo
Ambas versiones integran sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS). Entre ellos, control de crucero adaptativo, asistencia de cambio de carril, reconocimiento de señales de tránsito, frenado automático de emergencia y monitoreo de fatiga del conductor. Este conjunto busca reducir el margen de error humano y convertir al vehículo en un aliado tecnológico para prevenir accidentes.
La carrocería en acero de alta resistencia, seis bolsas de aire y sistemas electrónicos de estabilidad complementan la propuesta, reforzando un mensaje: la seguridad no es un accesorio, sino un componente de la ingeniería central.
Un laboratorio sobre ruedas
El diseño de ambas SUV mantiene la inspiración marina con faros LED en forma de “U” y parrilla aerodinámica, pero su verdadero aporte está en lo que no se ve: una convergencia de software, baterías y sensores que anticipa cómo será la movilidad en Colombia en los próximos años.
*Este artículo fue creado con un boletín de prensa y con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.