La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, es una condición médica común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la presión persistente y anormalmente alta en las arterias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras complicaciones graves.

Si bien la hipertensión puede afectar a personas de todas las edades, hay un período de la vida en el que es más comúnmente diagnosticada: la edad adulta media y avanzada.

Los expertos médicos han observado que la prevalencia de la hipertensión aumenta significativamente con la edad. Si bien los adultos jóvenes pueden desarrollar hipertensión debido a factores genéticos, estilo de vida poco saludable o condiciones médicas subyacentes, es en la mediana edad y la vejez cuando la enfermedad se vuelve más común y más preocupante.

Según datos recopilados por diversas instituciones de salud y estudios epidemiológicos, la edad promedio en la que las personas suelen ser diagnosticadas con hipertensión se sitúa entre los 45 y los 65 años. Este período de la vida coincide con una serie de cambios fisiológicos y factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de la enfermedad.

Este período de la vida coincide con una serie de cambios fisiológicos y factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de la enfermedad. | Foto: El País

Uno de los factores principales es el envejecimiento. A medida que las personas envejecen, las arterias tienden a volverse más rígidas y menos elásticas, lo que aumenta la resistencia al flujo sanguíneo y eleva la presión arterial. Además, el riesgo de hipertensión también se ve influenciado por el estilo de vida y los hábitos de salud a lo largo de los años. El consumo excesivo de sal, una dieta poco saludable, la falta de actividad física y el tabaquismo son factores de riesgo conocidos que pueden contribuir al desarrollo de la hipertensión en la edad adulta.

Otro factor importante a considerar es la carga genética. La predisposición genética a la hipertensión puede influir en la probabilidad de desarrollar la enfermedad a lo largo de la vida. Las personas con antecedentes familiares de hipertensión tienen un mayor riesgo de desarrollarla ellos mismos, especialmente a medida que envejecen.

Es importante destacar que la hipertensión es a menudo una enfermedad silenciosa, lo que significa que muchas personas pueden tener presión arterial alta sin experimentar síntomas evidentes. Esto hace que sea aún más crucial realizar chequeos médicos regulares, especialmente a partir de la mediana edad, para detectar y tratar la hipertensión de manera temprana y prevenir complicaciones graves.

Los médicos y profesionales de la salud enfatizan la importancia de medidas preventivas y un estilo de vida saludable para reducir el riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares relacionadas. Esto incluye seguir una dieta equilibrada baja en sal y grasas saturadas, mantener un peso corporal saludable, hacer ejercicio regularmente, limitar el consumo de alcohol y evitar fumar.

Los médicos y profesionales de la salud enfatizan la importancia de medidas preventivas y un estilo de vida saludable para reducir el riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares relacionadas. | Foto: Getty Images

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.