En un nuevo estudio científico, investigadores encontraron cómo un sorbo de alcohol puede provocar un rápido aumento en la presión arterial. Este fenómeno, que durante mucho tiempo ha desconcertado a expertos y público por igual, finalmente está empezando a desentrañarse gracias a las investigaciones.

El estudio, publicado en la revista Hypertension, una publicación de la Asociación Americana del Corazón, reveló cómo el alcohol puede desencadenar un aumento dramático en la presión arterial. Los científicos identificaron una conexión directa entre el alcohol y la activación del sistema nervioso simpático (el encargado de acelerar la frecuencia cardíaca). Se evidenció que una pequeña cantidad de alcohol puede estimular este sistema, causando un estrechamiento repentino de los vasos sanguíneos y un aumento en la frecuencia cardíaca, lo que, a su vez, conduce a un aumento en la presión arterial.

La presión arterial elevada puede causar inconvenientes del corazón. Los científicos identificaron una conexión directa entre el alcohol y la activación del sistema nervioso simpático. (Imagen de referencia) | Foto: Nico De Pasquale Photography

La reacción del sistema nervioso simpático al alcohol es rápida y a menudo imperceptible para quienes lo experimentan. Los investigadores advierten que la frecuencia y la cantidad de alcohol consumido pueden influir en la magnitud de la respuesta de la presión arterial. Además, este efecto puede tener implicaciones importantes para las personas con hipertensión arterial preexistente, ya que el aumento de la presión arterial debido al alcohol podría aumentar el riesgo de complicaciones cardiovasculares y, en el peor de los casos, un infarto fulminante.

“Este estudio es un recordatorio de que incluso pequeñas elecciones pueden tener un gran impacto en nuestra salud. Para aquellos con hipertensión o riesgo de desarrollarla, la moderación en el consumo de alcohol es fundamental”, resaltó la revista Hypertension.

El estudio que determinó la incidencia del alcohol en la presión arterial, incluyó el análisis siete estudios previos, con 19548 participantes y una mediana de seguimiento de 5,3 años (rango, 4-12 años).

“Observamos una asociación positiva sustancialmente lineal entre la ingesta de alcohol inicial y los cambios en el tiempo en la presión arterial sistólica (PAS) y la y diastólica (PAD). En general, la PAS promedio fue 1,25 y 4,90 mmHg más alta para 12 o 48 gramos de consumo diario de alcohol, en comparación con ningún consumo”, detalló la revista Hypertension.

Y agregó: “Los análisis de subgrupos por sexo mostraron una asociación casi lineal entre la ingesta inicial de alcohol y los cambios en la PAS tanto en hombres como en mujeres, y para la PAD en los hombres, mientras que en las mujeres identificamos una asociación en forma de U invertida. El consumo de alcohol se asoció positivamente con los cambios en la presión arterial tanto en asiáticos como en norteamericanos, además de la PAD en el último grupo”.

La presión arterial alta se debe tomar con seriedad, puesto que, en casos extremos, puede causar la muerte de una persona. (Imagen de referencia) | Foto: Getty Images

Otros efectos perjudiciales del consumo excesivo de alcohol

El consumo excesivo de alcohol ha sido durante mucho tiempo motivo de preocupación para profesionales de la salud y expertos en bienestar, y con razón. Más allá de su impacto en la presión arterial, el abuso del alcohol está relacionado con una serie de efectos perjudiciales para la salud.

Uno de los riesgos más conocidos del consumo excesivo de alcohol es su relación con enfermedades hepáticas. El Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA) de los Estados Unidos advierte que el abuso prolongado del alcohol puede provocar afecciones graves como la esteatosis hepática (hígado graso), la hepatitis alcohólica y la cirrosis. Estas enfermedades pueden tener consecuencias devastadoras para la función hepática y la salud en general.

Además, el alcohol también puede tener un impacto significativo en el sistema cardiovascular. La Asociación Americana del Corazón destaca que el consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, incluida la cardiomiopatía (enfermedad del músculo cardíaco), arritmias y presión arterial alta. Estos efectos pueden ser especialmente preocupantes para aquellos que ya tienen factores de riesgo cardiovascular.

El sistema nervioso central tampoco está exento de los efectos negativos del alcohol. El NIAAA señala que el abuso del alcohol puede dañar las células cerebrales, afectar el equilibrio químico del cerebro y contribuir a trastornos neuropsiquiátricos, como la depresión y la ansiedad. Además, el alcoholismo crónico puede aumentar el riesgo de demencia y deterioro cognitivo.

El alcoholismo es una enfermedad que debe atenderse a tiempo de la mano de un experto, recomiendas los estudios científicos. (Imagen de referencia) | Foto: blueclue

El impacto social y personal del consumo excesivo de alcohol también es digno de atención. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el alcohol es una de las principales causas evitables de daños y enfermedades en todo el mundo, contribuyendo a accidentes de tráfico, violencia y problemas sociales. Además, el consumo excesivo de alcohol puede afectar las relaciones personales, la productividad laboral y la calidad de vida en general.