Hace más de treinta años, los japonés, Hayao Miyazaki e Isao Takahata fundaron los estudios Ghibli de animación. Lejos estaban de imaginar que al calor de los años su empresa sería un referente en la industria y sus películas, más de una veintena, serían consideradas de culto para muchos. Baste mencionar que 8 de sus producciones están en el top de las 15 más taquilleras en la historia del cine en Japón y que en la industria cinematográfica, Miyazaki ha sido considerado tan relevante como Spielberg y Walt Disney.

Sin embargo, durante muchos años sus películas estuvieron reservadas para un grupo local (o más específico si se quiere) empezaron a conquistar más espectadores cuando en el 2001, ‘El viaje de Chihiro’ rompió los récords de las taquillas internacionales y consiguió llevarse el premio Óscar a la mejor película de animación.

Esa era en realidad la película número 14 que hacía el estudio, entonces muchos quisieron conocer las otras. Y allí podría haber empezado todo. Desde entonces han pasado 18 años y en febrero Netflix anunció con gran expectativa, la adquisición de los derechos de las mejores producciones de Ghibli. La noticia fue recibida con júbilo por los más devotos espectadores y por otros que aunque poco se pueden haber sentido atraídos por el género del animé, han decidido darle una oportunidad gracias a la plataforma.

Pero, ¿Qué es lo que tienen las películas de estudios Ghibli, para que sean percibidas por muchos como verdaderas joyas cinematográficas?

Para empezar, su propuesta visual con lo que han superado el convencionalismo estético del animé tradicional. Sus historias están llenas de la forma como retratan el universo social y cultural de la aldea japonesa y el campo, con sus estaciones, sus pastos altos, sus ríos majestuosos y sus árboles floridos.Sin lugar a dudas, los dibujos son prolijos, luminosos y llenos de vida, revelando ante nosotros su luz, su paisaje y sus colores.

En ‘Mi vecino Totoro’, por ejemplo, el padre y sus dos hijas se mudan a una nueva casa que está cerca de un bosque mágico, un río y muchos cultivos. Cerca de ellos está la madre recluida en un hospital, aunque no se sabe qué le pasa, es lo suficientemente serio para permanecer recluida. Mientras tanto el padre que trabaja en la ciudad tiene que arreglárselas para cuidar de sus hijas, acomodarse en una casa nueva y atender las necesidades de su esposa. Todo esto en medio de un universo mágico donde los cuidadores del bosque entablan amistad con la más pequeña de ellas. Así como en esta, el ambiente bucólico está presente en varias de estas producciones como en ‘Arrietty y el mundo de los diminutos’ y en ‘Recuerdos del ayer’, que goza además con una interesante estructura narrativa a través de la cual observamos el drama que vive una mujer joven que decide abandonar su vida en la ciudad para regresar al campo, junto a su abuela. En su viaje siempre está acompañada por los recuerdos más dulces de su infancia donde fue feliz con sus padres y sus hermanas.

Esto es sin duda, es una de las virtudes del cine de los estudios Ghibli, sus argumentos llenos de temáticas sentimentales y profundas, acompañadas de la cotidianidad: aquella alegría que producen las pequeñas cosas y el amor que se construye con detalles y bajo la lluvia, esperando el autobús en el que viene papá solo para darle un paraguas y evitar que se moje. Por esto, sus argumentos inclinados siempre hacia el cambio y la renuncia a la infancia que se va, y a la aceptación de la transformación más con resignación que alegría, resultan entrañables.

Pero si sus historias nos cautivan es gracias a sus personajes, y en el mundo Ghibli las mujeres son muy importantes. En ‘Kiki, entregas a domicilio’, nos encontraremos con una adolescente que saca partido de sus poderes de bruja para prestar un servicio de mensajería aéreo, sin imaginar que esto le hará perder sus poderes, mientras que en ‘El viaje de Chihiro’, una niña debe rescatar a sus padres que se han convertido en cerdos en un universo mágico en el que han quedado atrapados. Así, las mujeres propuestas en las películas Ghibli son valientes, naturales y sobre todo, alejadas del erotismo innecesario con el que se les dota en las películas y animes de aventuras y acción.

Por último, cuando usted decide ver una película de los estudios Ghibli debe permitirse sorprenderse y sobre todo dese la licencia de sumergirse en una cultura llena de magia, creencias y personajes mágicos. Pero tenga la certeza que estará frente a películas de argumentos sólidos y de una belleza particular. Aunque solo he mencionado unas cuantas, en Netflix podrá encontrar muchas más que, de seguro, no lo decepcionarán. Buen provecho. @kayarojas