Para los expertos, si bien es prácticamente un hecho que la fecha del 23 de marzo no se cumplirá como plazo para la firma del Acuerdo Final sí es la confirmación de que el proceso de negociación de La Habana no tiene reversa.

Que incluso voces del opositor Centro Democrático se hayan pronunciado en tono positivo sobre el acuerdo  para la verificación del cese bilateral y la dejación de las armas resulta bastante diciente con respecto al futuro del proceso de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc.Lea también: ONU y Celac verificarán dejación de armas de las Farc

De hecho, muchos sectores coindicieron en calificarlo de “histórico”, como ya antes se había tildado lo anunciado en diciembre pasado alrededor de los acuerdos en los temas de víctimas y justicia transicional.

Y es que para los expertos, si bien es prácticamente un hecho que la fecha del 23 de marzo no se  cumplirá como plazo para la firma del Acuerdo Final, lo dado a conocer el martes es la confirmación de que el proceso de negociación de La Habana no tiene reversa y que, tal como lo reiteró  el jefe de las Farc ‘Iván Márquez’, el 2016 será el año de la paz.

 Sin embargo, las controversias alrededor de lo pactado por las partes  no pararán en el país.

Es así como mientras la participación de las Naciones Unidas en el proceso de dejación de las armas de la guerrilla fue alabada casi que por unanimidad, no ocurrió lo mismo con la presencia de la Celac, ente  de índole  político cuya imparcialidad ya comenzó a ser  cuestionada por algunos.

“Yo hubiera preferido que todo hubiera quedado en manos del Consejo de Seguridad  de Naciones Unidas, que se hubiera creado una misión absolutamente imparcial, técnica, de alto nivel y bajo el control directo de la ONU,  pero no con esta especie  de amaño, de inducción, de sesgo”, sostuvo Vicente Torrijos, politólogo de la Universidad del Rosario.

Por eso no duda en calificar el acuerdo anunciado como “pretencioso”, porque la ONU “va a dar un aval, pero sin tener el control real sobre la situación, pues la misión estaría restringida  tan solo a los países de la Celac y, conociendo la forma como piensan las Farc, seguro van a ser aquellos que hubieran elegido en caso de que se hubiese acordado que fueran los países de  Unasur, en últimas, los países afines ideológicamente a las Farc”.

Según el catedrático, lo anterior llevaría a pensar “que va a ser un mecanismo de verificación supremamente blando, complaciente, permisivo y flexible... cada acto donde se sospeche o haya indicios de que las Farc están extorsionando o amenazando, pues tardará meses en tramitarse en unas oficinas que seguramente van a ser sumamente comprensivas con las actitudes de la guerrilla”.

Sin embargo, Eduardo Álvarez Vanegas, coordinador del área de dinámicas del conflicto y negociaciones de paz de la Fundación Ideas para la Paz, plantea que más allá  de si tiene experiencia o no en la verificación de ceses al fuego, “hay que entender el espíritu de la Celac”, que es un organismo intergubernamental de diálogo político entre los países de América Latina y el Caribe.

Su convocatoria, según el investigador, “representaría para las Farc que la injerencia de EE. UU. y de los países que ellas tradicionalmente han tildado de imperialistas no va a ser tan directa” y explica que la parte más técnica y operativa, en el terreno de verificación y observación, se limita a los que tienen la experticia, o sea  la ONU.

“Pero también se suman otros actores que van a ser claves para blindar el proceso internacionalmente y contar con un nivel de maniobra política. Es decir, esto avanzando bien, pero no lo está diciendo ni el Gobierno ni las Farc sino un organismo de carácter intergubermental regional, entonces eso da unas garantías mínimas políticas de que el proceso sí puede estar siendo transparente”, agrega el investigador.

Ahora bien, varios analistas coinciden en que, con el anuncio de ayer, el Gobierno  y las Farc también dejaron en claro que es un hecho la terminación de las hostilidades entre las partes, pero que esta solo se oficializará una vez se firme la paz.

Sin embargo, Camilo González Posso, director de Indepaz, señaló que es evidente que el  conflicto armado ya se está desescalando, lo cual también contribuye a que se muestre “un horizonte muy preciso” sobre la paz para Colombia.

A la CPI  En carta a  la fiscal  de la  Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, el procurador Alejandro Ordóñez denunció que  el acuerdo de Justicia Transicional  entre  Gobierno  y  Farc sería un “pacto de impunidad”. “El acuerdo  no cumple los estándares internacionales de Justicia, a pesar de que con su adopción se simule un procedimiento genuino de rendición de cuentas por la comisión de crímenes internacionales”.