El presidente de la República Iván Duque llegó a sus primeros cien días de Gobierno en medio de un fuerte debate nacional sobre la propuesta de gravar el 80 % de la canasta familiar, exigencias de mayor presupuesto para el sector educativo y con una agenda legislativa prácticamente hundida.

Le cumplió al país las promesas de campaña de tener un gabinete paritario para gobernar y de recorrer los lugares más apartados de Colombia para escuchar a la ciudadanía a través de los Talleres Construyendo País.

Pero durante sus primeros cien días de mandato, el Jefe de Estado ha venido cambiando el tono en relación a algunos aspectos sobre los que fundamentó su campaña por la Presidencia.

No mengua la polarización

“Concentrarse en lo que nos une y no en lo que nos divide” fue uno de los lemas de Iván Duque durante su campaña por la Presidencia de la República, mientras el país era incendiado por la polarización que surgió desde la época de las negociaciones de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc.

Jorge Iván Cuervo, experto en política de la Universidad Externado, dice que de los precandidatos del uribismo, Duque era el que mayor tono conciliador tenía: “Era, por decirlo, el más presentable de los candidatos, partidario de buscar consensos, de tratar de reconstruir la unidad nacional. Eso lo ha cumplido”.

Sin embargo, añade que, pese a que su actitud ha impactado en el clima de la opinión pública, no necesaria- mente se ha resuelto la polarización porque hay causas que siguen.

Para Cuervo, el discurso del Presidente en el tema de la educación ha generado otra polarización y puede terminar radicalizándose más.

En este aspecto, el analista político Andrés Fandiño señala que, pese a que en muchos sectores digan que Duque acabó con la polarización, esta sigue presente en el ambiente político: “La polarización sigue y va a seguir en la medida en que el Centro Democrático trate de seguir polarizando el debate. Por ejemplo, no hay nada más perverso que salir a decir que se haga una convocatoria a una Constituyente porque no pasan las reformas constitucionales en el Congreso”.

Dice que aunque ahora no hay un tema grueso sobre el cual seguir polarizando, la única manera que tiene ese partido de mantenerse vigente es acudiendo a esa estrategia.

Por su parte, Jhon Mario González señala que el Presidente no tiene un estilo de confrontación y esto ha hecho que se reduzca la polarización, pero este aspecto puede ser leído como una falta de certeza en sus acciones o claridad en las mismas.

Firme con la implementación de la paz

La paz marcó la agenda del país desde 2012, atravesó dos campañas presidenciales: 2014 y 2018. Y aunque el Acuerdo se logró con las Farc, la etapa de implementación todavía se adelanta.

Por eso, el analista Jorge Iván Cuervo opina que al Jefe de Estado no le queda una opción distinta que asumir que los Acuerdos deben cumplirse porque le queda complicado desgastarse en reformarlos cuando la comunidad internacional ayudó a la construcción del mismo.

“El uribismo, y él como su candidato, hablaba de hacer cambios a los Acuerdos, de que había que recoger firmas para revocar el acto legislativo que creó la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y que había que hacer unos ajustes. Duque se montó en ese discurso, pero una vez llegó entendió que la paz está muy consolidada. En su reciente gira por Europa de lo que más habló fue de eso, diciendo que iban a cumplir los Acuerdos”, argumenta Cuervo.

El politólogo Andrés Fandiño, por su parte, opina que la gente se creyó ese discurso demagógico y populista de que los Acuerdos de Paz le entregarían el país a las Farc, pero ahora, en ejercicio, le queda a Duque complicado demostrar esos planteamientos.

Para el analista Jhon Mario González, la paz es el ‘reversazo’ más grande que ha tenido Duque, porque construyó un discurso en campaña sobre reversar buena parte de los Acuerdos de Paz, pero con el paso de los meses comenzó a sentirse cómodo con lo que le había dejado Santos.

“Había dicho que iba a ponerle coto al periodo de la JEP y todo eso se abandonó. Nada le está cambiando a los Acuerdos. Se dio cuenta que su discurso de campaña había generado incertidumbre en los desmovilizados y en muchas de las regiones del país que los albergan. El reversazo mayor se dio cuando fue a Pondores, en La Guajira, para hablar con los desmovilizados”, indica González.

Subir el IVA: no, pero sí

Durante su campaña, el presidente Iván Duque anunció que no subiría los impuestos y buscaría beneficiar a los empleados. No obstante, presentó una reforma tributaria ante el Congreso de la República que denominó ley de financiamiento.

Una de sus principales propuestas es gravar casi toda la canasta familiar con IVA al 19 %. Dicha idea ha sido rechazada, incluso, por su partido (Centro Democrático).

Jorge Iván Cuervo, experto en política y docente de la Universidad Externado, indica que en campaña generalmente los candidatos no hablan de los desafíos económicos.

Según él, el déficit fiscal del que se ha venido valiendo el Gobierno para justificar la reforma tributaria se conocía desde el mandato de Juan Manuel Santos y agrega que no fue responsable por parte de Duque como candidato decir que iba a bajar los impuestos cuando sabía que había problemas económicos.

“Hay un cambio muy radical en el discurso de no subir el IVA. Ahora sale a decir que hay déficit, que hay que financiar la paz y enreda al ciudadano”, añade el experto.

Mientras, el analista Andrés Fandiño dice que con el viraje del discurso de Duque queda demostrado que una cosa es ser candidato y otra ser presidente.

Por su parte, el analista Jhon Mario González indica que buena parte del discurso que el Presidente construyó en campaña era facilista y se dedicó a rechazar algunas decisiones económicas del entonces jefe de Estado, Juan Manuel Santos.