Cada uno de los 42 municipios del Valle tiene un encanto particular que lo hace irrepetible y atractivo para los visitantes.
En el caso de Sevilla es su cultura cafetera, que se refleja en su arquitectura, en sus montañas donde abundan los cultivos del producto que identifica a nuestro país, en sus fincas acogedoras y en la calidez de su gente.
Y está además el aroma que se esparce por sus calles e invita a quienes llegan, a disfrutar de un café en sus diferentes presentaciones y admirando el paisaje que lo rodea.
Por ello, Sevilla ha sido denominado como Pueblo Mágico del Valle, el tercero en el departamento junto a Roldanillo y Ginebra.
‘Sevilla: un café en el cielo’ es el lema que se ha escogido para promocionarlo.
Para ponerlo a tono se han comenzado a pintar las fachadas de las casas con alusiones a su cultura, se remodela el Parque de la Concordia, se unifica la señalización de los establecimientos y la población se prepara para recibir a sus visitantes.
Con esta estrategia se busca incentivar el trismo hacia uno de los municipios más bonitos del Valle, donde comenzó la tradición cafetera de la comarca y se destaca por tener variedades del grano que están entre las más premiadas del mundo.
La invitación es a visitar Sevilla, a conocer su cultura y a disfrutar de la belleza de su entorno.