La bomba que sacudió al norte de Bogotá el jueves anterior pretendió amedrentar a la familia de Álvaro Gómez Hurtado.No es coincidencia que el atentado ocurriera al día siguiente que se denunciaran amenazas contra sus allegados y cuando están por darse a conocer documentos que aclararían el asesinato del ex candidato presidencial y dirigente conservador.Como resultado, su sobrino el congresista Miguel Gómez abandonó el país mientras se garantizan las condiciones para su seguridad.Con ese acto terrorista también se buscaba crear desconcierto en Bogotá, que no vivía la zozobra de una bomba desde que se atentó contra Caracol Radio el año pasado. Cualquiera que sea la intención con la bomba que afectó a 13 viviendas, los colombianos rechazan el terrorismo.Y piden al Gobierno encontrar a los responsables y evitar que cumplan su cometido.