Muy bien por el gobierno de Cali que junto a las empresas de aseo y a la Policía Ambiental realizaron, la semana anterior, una jornada de recuperación de la plaza de mercado Santa Elena.

Sin embargo, esto se queda en una acción aislada que poco contribuye a solucionar los problemas que se viven en esta galería y en toda su área de influencia.

No es con una campaña de un día como se arregla una crisis social, urbana y de todo orden que se enquistó en el corazón de Cali y no parece tener doliente .

En la plaza de mercado de Santa Elena operan más de 500 comerciantes, pero en la calle hay el triple de vendedores, todos ellos informales.

El desorden que generan, tanto ambiental como vial es inmenso. En esta zona se recogen al día 35 toneladas de residuos entre orgánicos y de construcción, es decir, más de 900 toneladas al mes.

Esto sin contar la criminalidad y el narcotráfico que se ha apoderado de esta zona.

Es cierto que se han desarticulado bandas delincuenciales y de microtráfico, pero estas renacen, unos sustituyen a otros y la venta de alucinógenos es a la vista de todos, según denuncias de la comunidad.

Los caleños necesitan oportunidades, pero también una ciudad ordenada.

Y lo que sucede en la plaza de Santa Elena es la negación del orden que debe tener Cali, sin que parezca existir voluntad para resolver esa crisis.