El secuestro del exconcejal de Palmira Oswaldo Díaz Cifuentes, ocurrido hace 12 años en zona rural de ese municipio, fue cometido con sevicia por las Farc.Igual como lo fue su asesinato perpetrado seis meses después del plagio, según se conoció hace dos días por un ‘desliz’ verbal de alias Pablo Catatumbo, vocero de la guerrilla en La Habana.Durante estos 12 años el grupo guerrillero jugó con la angustia y la incertidumbre de los familiares del concejal, al ocultarles la verdad sobre la muerte a la que fue sentenciado por intentar fugarse de sus secuestradores con una guerrillera.Cuando se conocen casos como este, los colombianos se preguntan si asesinatos y silencios perversos como éste merecen el perdón que están exigiendo las Farc en el diálogo que se lleva a cabo en Cuba.Y si las familias de las víctimas deben soportar que les sigan ocultando la verdad de manera tan aberrante.