El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ahora dice que le tendieron una trampa y le quisieron “clavar un puñal” con el caso de Joaquín Pérez, el presunto enlace de las Farc en Europa, capturado la semana pasada en el aeropuerto de Caracas.Es su reacción frente a las críticas que le han lanzado grupos cercanos a su gobierno y las mismas Farc, que consideran una traición a la “causa bolivariana” la deportación de Pérez a Colombia.Lo que no se explica aún, pese a todo lo que ha dicho Chávez, es por qué alias ‘Alberto’ llegó directo a Venezuela; una omisión que confirmaría las sospechas de que iba a reunirse con gente de la guerrilla.Mientras hablaba de trampas, Chávez también reconoció que aliados suyos han propiciado la instalación de campamentos de las Farc en su país, pero que ya los llamó al orden por “pasarse de radicales”.Una forma curiosa de admitir la presencia de la guerrillera en su país y al mismo tiempo de lavarse sus manos de cualquier responsabilidad.