Terminaron los Olímpicos de Tokio, unas justas atípicas realizadas con un año de retraso, amenazadas por los casos de Covid-19 entre los deportistas y sin público en sus escenarios, debido a la pandemia que no termina.
Si Estados Unidos se ubicó en el primer lugar de la tabla de medallería, puede decirse que la actuación de Colombia fue decorosa, aunque sin cumplir las expectativas que se tenían de superar lo conseguido en Río 2016.
El esfuerzo de los deportistas nacionales fue recompensado con las cinco medallas obtenidas, cuatro de plata y una de bronce.
Luis Javier Mosquera, el pesista vallecaucano, abrió la cuenta para el país al obtener el segundo lugar en la categoría de 67 kilogramos y de destacar fueron las actuaciones de Mariana Pajón, con la plata ganada en BMX, con lo que completa tres medallas olímpicas, y de Carlos Ramírez, quien obtuvo la de Bronce en la categoría masculina.
Las sorpresas las dieron Anthony Zambrano, en 400 metros planos, y la marchista Sandra Arenas, quienes se quedaron con las preseas de plata, dos triunfos que pocos esperaban.
Ellos y los deportistas colombianos que lograron destacarse, llegar a las semifinales o a quienes se les arrebató la posibilidad de disputar una medalla, como al boxeador Yuberjen Martínez, fueron la demostración de compromiso.
Sin duda unos Olímpicos atípicos, para los que no hubo la posibilidad de prepararse como se debía por la pandemia que vive el mundo y que ahora le dan paso a París 2024, con la esperanza de que lleguen tiempos mejores.