El servicio que presta el MÍO cada vez es más ineficiente, lo que conlleva a que en Cali se resuelvan los problemas de movilidad aumentando el número de vehículos y usando otras alternativas.
Como consecuencia, el transporte individual crece en forma acelerada mientras los conductores carecen de educación, lo que se refleja en altas cifras de accidentalidad.
En siete meses van 7385 siniestros viales y los motociclistas aportan el mayor número de víctimas fatales, seguidos de los peatones y los parrilleros.
La ausencia total de formación a los conductores sobre normas de tránsito creadas para su seguridad, el mal estado de las vías, la ausencia de señalización, la falta de guardas y el consumo de alcohol, son las causas de unas cifras que causan alarma.
Y mientras las autoridades municipales se nieguen a invertir en educar a los conductores, en mejorar las condiciones de movilidad y en las vías de la ciudad, las pérdidas humanas por accidentes en Cali crecerán.
También es necesario despertar conciencia ciudadana para que se respeten las normas que regulan la movilidad y proteger la vida de los caleños del caos que se ha tomado las calles de su ciudad.