Estados Unidos fue el peor librado con la conducta de 11 de sus agentes secretos que al parecer buscaron los servicios de prostitutas mientras realizaban la avanzada de seguridad para la visita a Cartagena del presidente Barack Obama.Quienes se suponía que venían a hacer un trabajo profesional y que tenían la responsabilidad de brindar protección al Mandatario estadounidense identificando posibles amenazas, terminaron de juerga, alicorados y en medio de hechos bochornosos.Ahora, su nación está en el centro de la polémica, los medios de comunicación los han puesto en su mira e incluso el Congreso estadounidense se prepara para un debate sobre el episodio que empaña el buen nombre de su país. El hecho debe enseñar que aunque Estados Unidos sea una potencia mundial, nada autoriza a sus funcionarios a protagonizar desmanes como el de Cartagena.