Cali tendrá hoy otro día sin carro, en el que la ciudad estará desolada y quienes necesiten movilizarse tendrán serias dificultades.
El propósito puede ser loable: darle un respiro a la ciudad porque 700 mil carros saldrán de circulación durante 12 horas, y crear conciencia sobre el cuidado del medio ambiente.
El asunto es que al día siguiente todo regresará a la normalidad, por lo que se debe preguntar si se justifica una jornada sin carros.
Los damnificados serán miles de caleños que necesitan salir a la calle a generar su sustento, trabajadores a quienes se les complicará llegar a sus labores, y un comercio que tendrá bajas ventas o pérdidas.
Y serán muchos, como ocurrió el 22 de septiembre, que se arriesgarán a salir en sus motos o carros, ateniéndose a las multas porque no tienen opción diferente.
Si Cali contara con un sistema de transporte masivo eficiente el impacto sería menor, o si las condiciones de seguridad lo permitieran se podría promover el uso de la bicicleta en esta fecha.
La intención es buena, pero sería más efectivo recordarles a diario a los caleños que cuiden su entorno e invitarlos a conservar los recursos naturales.
En especial hay que llegar a los colegios y educar a los niños desde sus primeros años sobre la importancia de proteger el medio ambiente, así se lograría un objetivo que por ahora es inútil con propuestas como el día sin carro.