La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales pudo establecer que algunos establecimientos comerciales del país defraudan al fisco utilizando un programa informático que ajusta el valor de las facturas.

El software ilegal era ofrecido por correo electrónico, y en cuatro de los casos investigados llevó a que se evadiera el pago de $140.000 millones de impuestos.

Junto con la corrupción que afecta a la contratación estatal, esta es una demostración de la propensión que existe en Colombia a hacer lo posible para no cumplir con sus obligaciones fiscales, causando graves perjuicios al erario y a la capacidad para atender las necesidades de los colombianos.

Los impuestos se crean para reducir la desigualdad y financiar el gasto público que contribuye al progreso y desarrollo de nuestro país y no pueden quedar al arbitrio de quien quiera o no pagarlos.

Y hacer uso de este tipo de trampas es un delito.

Por lo tanto, este hallazgo debe ser un llamado para que quien deba pagar impuestos honre sus obligaciones.

Pero sobre todo es necesario que la Dian cumpla sus objetivos y siga persiguiendo a quienes pretenden quedarse con los impuestos que recaudan.