Al desde hoy rey Felipe VI le espera el reto de convencer a los españoles de que la monarquía tiene aún un papel importante por cumplir en su país y por eso debe conservarse.Lo logrará si se sintoniza con las realidades que agobian a la nación ibérica y en especial con los problemas que afectan a su población más joven.La expectativa está puesta en la capacidad del nuevo monarca, como jefe del Estado, de capotear dificultades como las intenciones separatistas de Cataluña, que tendrá un referendo el próximo noviembre.De su forma de actuar, convencer y acercarse a los ciudadanos dependerá que no crezcan los movimientos que demandan acabar con el Estado monárquico y volver a ser una nación republicana.Y devolverle la credibilidad a una casa real a la que los españoles le deben mucho pero que lleva años en decadencia.