El aeropuerto internacional Eldorado no solo le quedó pequeño a Bogotá sino a toda Colombia. De aquí la necesidad de construir una segunda terminal aérea para la capital de la República, que atienda la demanda que crece cada año y evite el caos que se presenta en la actualidad.El nuevo aeropuerto debe hacerse con criterio futurista para que cumpla con las necesidades de una actividad que movilizará 40 millones de pasajeros por Bogotá dentro de cinco años.Pero el resto del país debe estar atento para que el centralismo no impida hacer las inversiones que requieren las regiones en la modernización de sus aeropuertos.Así se logrará aumentar la seguridad aérea en Colombia, además de ofrecer alternativas para descongestionar el transporte aéreo nacional e internacional, afectado por la concentración innecesaria que se está produciendo en Bogotá.