Los sectores culturales, de Cali y de Colombia, necesitan de todo el apoyo que se les pueda ofrecer para afrontar y superar la crisis derivada de la pandemia.

Eso implica ofrecerles apoyos para que sobrevivan a las dificultades y en especial reforzar los programas gubernamentales que permiten destinar recursos a la creación, producción y presentación de las propuestas artísticas y culturales.

Además de las consecuencias de tener que cerrar sus salas y suspender sus trabajos, el teatro y las artes escénicas de Cali son afectados ahora por la disminución de los presupuestos destinados a su trabajo tanto en el Ministerio de la Cultura como en la Alcaldía local.

Mientras la Administración caleña se gastó $23.000 millones entre la Feria de Cali y el Alumbrado público, para el 2021 redujo en 50% el presupuesto destinado a la actividad cultural, pasando de $92.000 millones a $48.300 millones.

Y el Ministerio apenas destinará $80.000 millones para el programa de Salas Concertadas, que se deberán repartir entre las propuestas presentadas en todo el territorio nacional que se cuentan por miles.

Es innegable que el país está en emergencia económica por la crisis que ha significado un enemigo como el Covid-19, y que es necesario establecer prioridades para atender la emergencia económica, social y fiscal.

Pero lo que se está haciendo al reducir los recursos es enterrar la iniciativa de quienes promueven y trabajan la Cultura en Colombia.