No puede ser que la primera imagen que se lleven los visitantes, al llegar a Cali, sea la de una ciudad deteriorada.

El corredor Cali - Yumbo, en la entrada a la ciudad, requiere una intervención urgente: presenta baches que evidencian el mal estado de la malla vial, hay iluminación deficiente y el problema de las basuras está desbordado.

Todo esto atenta contra los usuarios de la vía, especialmente quienes la transitan a diario y quedan expuestos a accidentes, así como también crea una percepción de abandono para propios y visitantes.

Atender los problemas de infraestructura vial urge, principalmente cuando Cali se alista para recibir delegaciones de 200 países que participarán de la cumbre más importante sobre biodiversidad, la COP 16.

En ese sentido, resulta inminente que la Nación cumpla con su deber de garantizar el buen estado de esta vía.

En ello se debería invertir el recaudo de los peajes, que ahora administra el Invías.

Es cierto que el gobierno de Yumbo junto a la Alcaldía de Cali adelantan algunas labores conjuntas de embellecimiento de la zona.

Pero no basta con ello si no se atiende la carretera por la que circulará la mayoría de los 12.000 delegados que se espera asistan a la COP16, que tendrá como sede principal al Centro de Eventos Valle del Pacífico, ubicado justo sobre la Autopista Cali - Yumbo.