Solo se necesitaron una celebración y un día para que en Colombia se realizara la mayor sembratón de árboles de la que se tenga registro.
Fueron 7,2 millones los que se plantaron por todo el país el martes de la semana pasada cuando se conmemoró el Día Mundial del Árbol, una buena coyuntura para adelantar una labor que necesita con urgencia la Nación y tendrá repercusiones positivas.
Si lo mismo se hiciera con más frecuencia, Colombia le ganaría la carrera a uno de los males que más impacto tiene sobre el medio ambiente, los ecosistemas y la biodiversidad: la deforestación.
Cada año en el país se talan en promedio 170.000 de hectáreas de bosques y la restauración no se hace con la misma rapidez, lo que significa que las pérdidas van creciendo y tienen en riesgo regiones como la Amazonía o como el Chocó biogeográfico que abarca todo el litoral Pacífico.
Por eso el Gobierno Nacional se ha puesto la meta de sembrar 180 millones de árboles de aquí al finalizar el 2022, mientras consigue llevar a cero la deforestación a más tardar en el 2030.
No son propósitos imposibles; se necesita de la voluntad y el compromiso demostrados en todo el territorio nacional durante el pasado martes.
Y comprender que una de las mejores inversiones que se puede hacer por el futuro del país, del planeta y de las generaciones venideras es plantar árboles.