Soy Dios, regocíjate y da eternas gracias, pues sabes que vives por siempre. Vibra solo en amor.

Vive cada momento plena y gloriosamente, olvidando el pasado, sin preocupación por el futuro.

Ama y simplemente acepta que la vida es eterna, y que no tiene ni principio ni final.

Siempre que expandes tu conciencia, comienzas a entender el misterio y la maravilla de la vida.

Vive en unidad conmigo, el Creador de la vida. Paso a paso avanza hacia adelante y hacia lo alto.

Unido a mí hay paz y serenidad. Todo está en mis manos, y no hay nada que deba preocuparte.

La vida es una pesada carga si, en lugar de confiar, tienes temor, incertidumbre y falta de fe.

Sé cómo un niño, libre y contento, y la vida será una continua fuente de deleite para ti.