Jesús es Dios en grado sumo, pero tú también eres Dios, aunque no lo reconozcas.
Todos somos partecitas de la misma energía divina, todos somos expresiones de Dios.
Ámate sobremanera y deja ir creencias religiosas que te mueven a verte como pecador y culpable.
Sí, debes aceptar tus errores con humildad, pero te haces daño repitiendo ‘soy un pecador’.
Sin darte cuenta lo repites 50 veces al decir. ‘Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores’.
A las religiones les conviene que te veas como un pecador, culpable y con temor.
Al aceptar esas falsas creencias, las necesitas, ya que sin ellas un credo no te hace falta.
Vibra en amor a ti mismo, a Dios y a los demás. Ten superpresente a Dios en tu vivir.